¡La Democracia Cristiana debe crecer hacia la derecha!
Pero, la DC ¿no tiene vocación de izquierda?
Quizás, la pregunta debiese ser, ¿cómo se desarrolla la Democracia Cristiana sin “crecer” hacia su propia destrucción?
Según Jean Guitton, y su propuesta sobre la necesidad de la presencia esencial de Dios en el lenguaje católico, so pena de contribuir a su propia desaparición, la omisión y negación en la DC de hablar sobre su propia esencia, terminará por perturbar la realidad de su propia existencia, a partir de la disolución progresiva y fragmentada de su núcleo fundamental de identidad, lo cristiano.
Y desapareciendo su identidad, también su fondo y reserva de sentido y valores esenciales, terminarían por correr la misma suerte, en una especie de “muerte anunciada”. Al parecer, ayudada por la actual realidad y cambios socioculturales, donde la presencia Dios, a duras penas permanece, y sólo se le encuentra en lo más profundo del alma individual y lo privado, adorándosele sólo en iglesias y cementerios, último refugio contra los “cazadores de Dios y la Iglesia”, su desaparición, lamentablemente, ya se inició en un camino que hoy parece sin retorno
Porque, desapareciendo Dios, desaparece Jesús Cristo, o sólo permanece un Jesús humano, sólo como luchador social en nombre del amor y la justicia, que aunque por suerte y necesariamente sí lo fue, es muy humano, pero sólo demasiado humano para elevar la propia humanidad del hombre a la trascendencia, por lo menos desde el propio punto de vista de un cristiano.
Así, de esta manera, lo que se pone en cuestión, es el propio humanismo cristiano, es decir, el núcleo mismo de lo que hace que la Democracia Cristiana, paradojalmente hoy, sea o no sea cristiana. Y si no es cristiana, bien puede ser parte de otro partido que abrace un humanismo diferente, y por ende, “crecer” hacia cualquier lado.
Heidegger, decía que de alguna manera, los humanismos se hacen diferentes en relación a su visión de la libertad, y a una metafísica, es decir, a una búsqueda libre de aquello absoluto que está “más allá de la física”, lo que para un cristiano, permitiría iluminar el alma del “Bosón De Higgs”,con el mismo resplandor de la verdad. La misma verdad, que a su vez ilumina al mismísimo Dios, y así, a su vez, al hombre.
Es esta libertad para la Verdad, es lo que hoy parece palidecer y se hace “débil”, (para no decir que ya desapareció), dejando un campo infinito de vacío, donde sólo habitan de forma nostálgica y melancólica, lo relativo y el vacío, hermanos de la nada.
El Humanismo Cristiano está iluminado por el mismo Jesús Cristo, lo que en la vida política y cotidiana, motiva e impulsa a una acción guiada por un sentido que nace donde la razón y la fe se ligan y entrelazan en la pasión, en una pasión que lleven por ejemplo, a una lucha y búsqueda de cambios que conduzcan a una mayor justicia social, junto a lograr un respeto y acogida absoluta por la vida y la persona en su alteridad y dignidad radical, desde que es procreada, hasta su muerte natural.
Sus caminos éticos, son el amor, el perdón, la fe la esperanza y la caridad encarnadas en la pregunta ¿Qué haría Cristo en mi lugar?
Espero que ahora, usted tenga algo más claro, sobre hacia a donde debe “crecer la Democracia Cristiana”, sin dejar de ser, con los cambios necesarios, la misma que es.