Cuando este lunes 21 de mayo el Presidente Piñera entregue la cuenta pública al país, el interés mediático y también el de la gente estará más centrado en lo que hagamos o no desde la Concertación y la manera en que los parlamentarios de la derecha van a reaccionar.
Lo anterior no es más que la consecuencia tras los agresivos ataques de que ha sido objeto la Presidenta Bachelet en las últimas semanas, los que se vieron acrecentados notoriamente tras conocerse el resultado de la última encuesta CEP, que sitúan a la ex mandataria como la favorita de la ciudadanía para ocupar, por segunda vez, el sillón presidencial.
El clima enrarecido que han generado las destempladas declaraciones de los parlamentarios de la derecha contra Bachelet y también contra parlamentarios de la Concertación -un diputado de RN llegó a tratar de “ratas” a sus colegas de oposición- dan cuenta del nerviosismo que existe entre las filas oficialistas ante el sombrío panorama que avizoran en materia política.
Tras la escalada de declaraciones, han empezado a surgir voces desde la derecha que buscan bajar el tono del debate, tratando de cuidar “el rito” del mensaje presidencial del 21 de mayo. Todo hace suponer que es una actuación por conveniencia para no empañar la actuación del Presidente, más que por la convicción de que las cosas deben hacerse distintas.
Y es que este gobierno ha pasado de la tesis del desalojo a la del desembarque. En una suerte de “motín a bordo” siguen desplegándose las campañas presidenciales de los ministros en forma individual sin que hayan tenido efecto los llamados realizados por el mandatario por imponer orden en su gabinete.
Podemos hacer una lista de incumplimientos, de promesas que se quedan en el discurso y que se reflejan en el magro resultado que tiene en su evaluación ciudadana este gobierno.
Los esperados cambios en educación, la puerta giratoria que sigue sin candado, los jubilados que no tuvieron el descuento del siete por ciento, los chilenos y chilenas que tras el terremoto del 27-F siguen esperando una solución a la situación en que quedaron tras la catástrofe y tendrán que soportar un tercer invierno en condiciones lamentables de frío y humedad, la ONEMI 2.0 que prometió el Presidente cuando asumió el cargo no sólo no ha mejorado su desempeño, sino que ha evidenciado severos problemas en su funcionamiento. La lista suma y sigue…
Tras las legítimas manifestaciones ciudadanas registradas en Magallanes y Aysén, la respuesta del Gobierno ha sido mejorar los sistemas de represión, mientras tanto en el Congreso seguimos esperando las propuestas de ley que respondan a la realidad de zonas extremas y aisladas donde el costo de vida es mayor.
Esa falta de respuesta ahora ha provocado el malestar ciudadano en Calama que ya alzó la voz y próximamente serán otras ciudades del norte las que darán que hablar por su rechazo al Fondenor (Fondo de Desarrollo para el Norte) anunciado por el Ejecutivo.
Uno podría continuar con un listado de incumplimientos que llevan a pensar incluso, que la arremetida concertada con la Moneda contra la presidenta Bachelet también busca desviar la atención de las evidentes fallas de gestión de este Gobierno y que se evidenciarán en la tercera cuenta que el mandatario entregará al país.
Quizá la única excepción ha sido la aprobación del posnatal de seis meses, una promesa de campaña que el Presidente se resistió a aprobar pero que prosperó gracias al trabajo de muchos que luchamos para que el proyecto inicial, que venía con letra chica, fuera finalmente aprobado en los términos que la ciudadanía esperaba.
El llamado entonces es a dejar que las instituciones funcionen y cumplan su labor sin presiones de ningún tipo ni de ningún sector. Somos un país con extraordinarias posibilidades de desarrollo y por lo mismo debemos dejar de lado la política pequeña y centrarnos en los desafíos que debemos enfrentar entre todos con miras hacia el futuro.
En medio de las tempestades políticas que estamos atravesando es necesario que el Presidente Piñera pueda liderar a su sector y enfocarse en los temas que de verdad le interesan a la ciudadanía.
En la Concertación estamos disponibles para trabajar y llegar a los acuerdos que se requieran para mejorar la vida de chilenos y chilenas, pero siempre dentro de los márgenes del diálogo y la participación y no de los montajes y las descalificaciones sin sustento.