En 20 días hemos avanzado más que otros en 20 años, la frase del Presidente Piñera se ha transformado en una verdadera sentencia que lo persigue y lo acosa en su anodino gobierno. Claramente se volvió a empezar mal en lo que ellos han definido en innumerables oportunidades como “el segundo tiempo”.
En este caso hoy tenemos al gobierno con varios conflictos en ciernes que están transformando al país en una verdadera caldera social de no ser por un pronto y diligente manejo de las autoridades, capacidades que hasta el momento siguen en entredicho.
A esta altura, se suman a la impericia que han demostrado muchas autoridades nacionales y regionales la negligencia y contumacia con la que actúan algunos a la hora de relacionarse con los actores sociales.
Lo que hemos visto en Aysén es una clara demostración de aquello. Las dudas en el manejo del conflicto – nuevamente mal dirigidas por el ministro de Interior – hace que los ciudadanos y ciudadanas no depongan sus movilizaciones y por el contrario sientan la desconfianza hacia el gobierno y perciban un cierto descontrol en el Ejecutivo.
A eso se sumó el ataque que sufrió la comunidad de Aysén, por parte del ministro de Economía, al calificar como un espectáculo las movilizaciones que se desarrollan o señalar que estas acciones eran coordinadas desde Santiago, (El centralismo se lo come al ministro de Economía).
Los ciudadanos de Aysén enviaron un petitorio regionalista, en temas y áreas muy concretos. Aquí deberemos ver si el gobierno está dispuesto a cambiar la relación que existe con las regiones, con los cambios constitucionales que se requieren y es capaz de crear un protocolo que apoye a los ciudadanos que viven en las zonas extremas.
De lo contrario el resto de las regiones seguirá el camino que ya inició Magallanes hace un año y hoy lo continúa Aysén.
En materia de reconstrucción la situación no es distinta, las cifras que se entregaron pretendían tapar lo que se prometió y no se hizo.
Sin embargo, aquí hay una sola opinión: la reconstrucción ha sido más lenta de lo que se anunció, esto incluso ha sido reconocido por los propios parlamentarios de gobierno.
Las razones pueden ser muchas, pero no se ha visto que el Gobierno de Piñera haya realizado una buena gestión en esta materia, hace tiempo planteamos que se podía constituir una Agencia de Reconstrucción o generar una institucionalidad sólo para este tema, pero nada se hizo. Por el contrario se delegó la función en ministros que ya están suficientemente sobrepasados por el trabajo diario que debían realizar.
Eso provocó que la gira presidencial no pase por los lugares más destruidos y tal cual lo dicen los alcaldes, en muchas comunas la reconstrucción no ha llegado.
Podríamos pasarnos semanas discutiendo sobre las cifras presentadas por el gobierno, pero lo único real es que miles de chilenos y sus familias volverán a pasar un tercer invierno en campamentos o “aldeas” como eufemísticamente las ha llamado el Ejecutivo.
Como si eso significara algo en medio del montaje comunicacional sobre las responsabilidades que pretendió instalar el gobierno. Para aquellos que viven en “Aldeas” el único responsable es el Gobierno que no ha podido llegar con una solución dos años después de la tragedia.
Por último, tenemos un conflicto que crece de manera silenciosa y el gobierno está consciente que así es. La nueva Ley de Pesca.
Este cuerpo legal, que ya ingresó, es rechazado por la gran mayoría de las organizaciones de pescadores artesanales por que los afecta negativamente una vez más. Es mejor que se retire el proyecto presentado por el ministerio de Economía y se discuta nuevamente y se redacte con señales claras hacia los artesanales y no que favorezcan a los grandes industriales de la pesca, que durante años han obtenido ganancias a costa del empobrecimiento de los trabajadores de las caletas de pescadores.
Este no será un año fácil para el gobierno y mucho más difícil se hacen los entendimientos cuando uno ve que la orden desde La Moneda es distraer la atención de la gente mediante los ataques personales como todos han observado en estos días; esperemos que puedan recapacitar y anteponer el bien de la ciudadanía.
Esperemos que la estrategia electoral que comienza a levantar La Moneda no consista en provocar enfrentamientos con la oposición para esconder lo que no pudo cumplir con lo que había prometido.