Han pasado dos años del 27F. Intensos minutos y sus posteriores consecuencias que marcaron a los chilenos.Aún está fresco en la memoria de cada uno de nosotros lo vivido, las historias personales, de nuestros familiares, amigos y conocidos que se cruzan todas en un hecho común.
Momento de recogimiento, de recuerdos, y que deja, además, muchas lecciones y también varios análisis.
Primero, por las responsabilidades del gobierno de la época de no solamente no contar con una Onemi preparada sino que por la incapacidad de manejar la crisis posterior al terremoto.
También porque a dos años de este evento y que coincide con la mitad del periodo de gobierno del Presidente Piñera los análisis de reconstrucción muestran claramente un avance objetivo contundente.
Luego de dos años, el avance de la reconstrucción es más de dos tercios (68%), mostrando impresionantes registros en infraestructura, conectividad y en la red hospitalaria.
A estas alturas el balance es positivo, reconociendo, evidentemente, que queda mucho por delante y que la reconstrucción es prioridad nacional, tanto del gobierno como de todos los chilenos.
A dos años de un terremoto de la magnitud del que nos azotó, que afectó a 13 millones de chilenos, en que las pérdidas superan los 30 mil millones de dólares (15% del PIB anual), donde lamentablemente más de 500 compatriotas perdieron la vida y 25 aún permanecen desaparecidos, recordamos la importancia de tomar la tarea de reconstrucción con rigurosidad, premura y por sobre todo unidad.
El avance en reconstrucción es innegable a pesar de las críticas de la oposición, las que no sólo parecen ser poco rigurosas sino que a estas alturas una constante al tratar de enlodar todos los avances del gobierno.
Es, además, un descaro tremendo de la Concertación el tratar de minimizar los avances que ha logrado el gobierno del Presidente Piñera, cuando ellos fueron incapaces de hacerlo cuando tuvieron oportunidad.
Está bien criticar, está bien como rol de la oposición el fiscalizar, pero muy diferente es tratar de confundir a la gente con el egoísmo de sólo obtener dividendos políticos. Se requiere rigurosidad y que la política esté a la altura.
Finalmente, es imposible dejar pasar el hecho de que, con reconstrucción como prioridad en paralelo, el Presidente Piñera ha sabido cumplir todos los compromisos del programa de gobierno.
No es casualidad que el país esté creciendo por sobre el promedio mundial a más de un 6%, ni que a dos años de gobierno se hayan creado más de 600 mil nuevos empleos y que la tasa de desempleo vaya en descenso.
No es casualidad tampoco que se haya hecho realidad la eliminación del descuento del 7% de salud para los pensionados, ni tampoco el Bono Bodas de Oro, ni el Postnatal de 6 meses.
No es casualidad que el proyecto del Ingreso Ético Familiar esté en el Congreso y que esté ayudando en su primera etapa a más de 140 mil familias a salir de la extrema pobreza.
No es casualidad los avances en democracia que se han logrado con la inscripción automática y el voto voluntario al incorporar a más de 4 millones de personas al padrón electoral. La creación del Sernac financiero para la protección del consumidor tampoco es casualidad.
No es casualidad que este país esté avanzando hacia el desarrollo.
No es casualidad. Piñera cumple.