El consejo del gabinete de Sebastián Pinera, reunido jueves y viernes, se vio rodeado de una expectativa inusual aunque involuntaria, se esperaba que el cónclave diera una respuesta ante la situación creada por la declaración de los partidos DC y RN de cambiar el sistema electoral del país, de uno binominal a otro proporcional corregido.
Lo concreto era constatar cuanto se iba a atrever el gobernante, si era o no capaz de avanzar, asumiendo el desafío… Pero, la presión de la UDI pudo más. La coerción del principal partido de la derecha fue durísima. El gobierno no tuvo respuesta, apenas tuvo una actitud. No hacer nada. El inmovilismo.
La UDI cual mediocampista defensivo metió la suela “con todo”. Dijeron que la situación era impredecible.De modo que atrapado entre la mayoría nacional que está por un cambio del sistema binominal por uno nuevo, que asegure el respeto a la diversidad que hoy tiene el país y la belicosidad de quienes lo defienden fieramente, el gobierno quedó inmóvil.
Quedó claro como la UDI defiende su cuota de poder que está en el mismo sistema binominal que le da el control de la bancada de derecha en el Parlamento. Mantener esa fuerza de veto le resulta más importante que la suerte del gobierno. Es lo que asegura su poderío futuro en una redistribución de las influencias en el gobierno y fuera de el.
Ante esta realidad, el país espera que el gobernante se atreva.
Ahora no fue capaz, le queda poco tiempo, hasta el inicio de la próxima campaña parlamentaria. De esa decisión depende fuertemente de como se valore su sentido de país.
Habrá que tener paciencia para saberlo.