Cuando pensábamos que terminábamos el año y comenzábamos a hacer nuestras evaluaciones, un hecho nos hizo mirar nuevamente el seno del gobierno y de cómo está funcionando: el ministro de economía, hizo una sentida despedida de dos integrantes del gabinete. La declaración no dejó a nadie indiferente.
Mucho menos cuando incluso en un matutino leímos que dos ministros del comité político desmentían en una carta al director que se hubiese tratado el tema del cambio de gabinete.
Uno de esos ministros era el de Interior el que se supone debiera manejar las riendas políticas del gabinete.
La acción política que estaba apresurando el ministro Longueira no era un “lapsus” tras su vuelta de vacaciones.
Era claramente una señal que las cosas al interior del Ejecutivo no están afiatadas como se ha tratado de imponer comunicacionalmente, sigue existiendo un vacío permanente en la conducción política que cada vez es más grande y requiere ser ocupada por otro ministro.
Lo que hizo Longueira ayer fue provocar una situación. Es más, la despedida que hace agradeciendo el servicio de los dos ministros en el aeropuerto fue más cordial que la que se escuchó en la tarde en el Montt Varas.
El cambio en Educación estaba anunciado. Es probable que Felipe Bulnes haya tenido algún tipo de asunto personal, pero se podía suponer que cuando en agosto el Presidente le quitó el piso reuniéndose con los estudiantes en La Moneda, él iba a renunciar.
Hizo esfuerzos por destacarse como ministro de Educación, cumplió la tarea encomendada y no salió huyendo en medio de las protestas callejeras. Con Bulnes eso sí, hay que tener muy claro, que otro de los errores del Presidente es que se farreó a un muy buen ministro de Justicia.
En Agricultura la noticia no es quien se va, sino quien llega. Luis Mayol, un hombre fuerte entre el mundo de los agricultores que podría tener algunos intereses cruzados por su trayectoria en el sector, tiene muy claro cuál es la misión, seguir con lo que se empezó hace años de convertir a Chile en una potencia Agroalimentaria.
Ojalá que prime en él una visión que tienda a resguardar el bien común de nuestra sociedad y no sólo las demandas de un sector que él ha representado por tantos años.
Quedó una sensación amarga con este cambio de gabinete.
Fue el mejor ejemplo de gatopardismo que hemos visto en el último tiempo. Porque este cambio de gabinete no se hace cargo de todos los cuestionamientos que en las diversas áreas sociales la gente rechaza y cuestiona el accionar del gobierno, como quedó demostrado en la encuesta CEP, en áreas como delincuencia, educación, salud y pobreza.
Un Presidente que cuenta con un 23 % de apoyo a su gestión, ciertamente requiere de un ajuste mayor a su gabinete.