Hoy hemos recibido con profundo dolor la noticia de la muerte de Gabriel Valdés Subercaseaux.
Amigo, camarada, concertacionista, civilista, demócrata a todo evento, gestor de acuerdos.
Un señor de la política.
Los demócratas cristianos hemos recibido la noticia con profundo pesar y también con las anécdotas y vicisitudes de la vida de un amigo nuestro que tenía perfecciones y defectos, pero que en conjunto y en un balance a largo plazo de su vida tiene un saldo positivo con mayúsculas.
Abrió su vida política formando la Falange Nacional, una visión distinta del quehacer de los partidos que fue creciendo junto a otros sectores de partidos similares hasta constituir el 28 de julio de 1958 la Democracia Cristiana, que él definía como la inteligencia aplicada al desarrollo de Chile y la voluntad de cambiar un modelo capitalista por un modelo humanista y cristiano, con igualdad para todos, pero con equidad para los que más necesitaban en su vida.
Concibió el Estado chileno como el gran benefactor cuando las leyes del mercado no resolvían los temas.
Entendió la asociación política como necesaria para dar mayoría política y social a los gobiernos y fue un hombre que creyó en Chile como líder de América Latina.
Enfrentado a la dictadura, se jugó en la lucha pacífica por derrotarla y fue uno de los grandes articuladores políticos de los acuerdos necesarios para formar la Alianza Democrática como el Acuerdo Nacional y luego la Concertación.
Fue un hombre que aceptó las victorias y las derrotas en la contienda política y pudiendo haber sido presidente, reconoció en Aylwin y en Frei el derecho de sus victorias y colaboró con ellos como un soldado más aportando su visión internacional para aplicarla en Chile.
En su vida privada fue un esposo y padre apasionado.
Con sus amigos fue un conversador infatigable.
Como camarada compartimos una manera de ver la Democracia Cristiana.
Como Presidente del Senado fue un gran señor.
Hoy, lo despedimos con el corazón aprisionado, pero con la alegría de haber vivido con Gabriel y tantos otros la compañía de grandes políticos y grandes camaradas.