A Alexis Sánchez no le falta calle. Le sobra. Él se crió ahí, en las canchas de tierra, cerca del carrito de los completos, lejos de la comisaría. Lo mismo que Arturo Vidal, Iván Zamorano y Marcelo Salas. Eso, por nombrar solo a cuatro de los chilenos más exitosos en el campo del deporte, la popularidad y las finanzas.
Esos cuatro tenían calle: en Tocopilla, La Victoria, Pueblo Nuevo (barrio bravo de Temuco) y Maipú. Son las estrellas del “sueño americano” hecho realidad. Como fue en los casos de Gardel, Maradona, Pelé, Elvis Presley, Marlon Brando.
“Tener calle” es para sobrevivientes. Significa salir adelante a pesar de las adversidades.
Con empeño, trabajo, determinación y, obvio, talento natural. Ese que viene en el ADN.
El que tiene calle olfatea los problemas antes de que sea demasiado tarde; y discurre soluciones que apuntan más al ingenio que a la inversión de recursos. Claro, porque, de dónde, si el que está en la calle no tiene ni uno.
Si se le cierra una puerta, golpea otras. O consigue madera para hacerse una.
Busca aliados, se apoya en la familia, cree en sus maestros, estudia, practica, entrena, se cuida. Todo por voluntad propia. Y atesora lo que recibe, pues nadie se lo ha regalado.
Al gobierno le falta calle. Eso se vio desde el comienzo, en la primera foto que vimos del gabinete.
Tampoco la tienen sus equipos asesores, provenientes de universidades de la cota mil.
Muchos han confesado que ni conocían el centro. Se lo “saltaban” yendo al aeropuerto o a la playa por las autovías.
Llega a ser divertido, aunque es para llorar, oírlos decir que “descubrieron” que los chilenos que andaban por el centro y otros barrios de la periferia poniente, eran feos, bajitos y de pelo negro. “Otro país”, que se les reveló cuando fueron llamados a integrarse al servicio público.
Por ello les resulta inverosímil ver las marchas por la educación o HidroAysén.
¡Pero si crecemos un seis por ciento anual; tenemos 15 mil dólares per cápita; hay más de 60 universidades para escoger!
Como no tienen calle no saben lo que es vivir en mediaguas en invierno, ir al colegio donde los baños son una mugre, las ventanas no tienen vidrios, los profes carecen de incentivos.
Ignoran que una familia de clase media no tiene cómo financiar los estudios superiores de sus hijos.
También demostraron no tener calle al no advertir la colusión de las farmacias para subir precios o las martingalas de La Polar.
Necesitamos con urgencia dirigentes políticos con calle, antes de que el país quede en la calle.