La crisis desatada en Gran Bretaña por la acción delictual de una empresa liderada por el magnate de la prensa, Rupert Murdoch, obliga a la reflexión.
El empresario preside News Corporation con 33 mil millones de dólares de ingresos anuales (el presupuesto nacional de Chile, es de 55 mil millones de dólares en 2011), se vio obligado a cerrar la publicación principal del grupo: News of the World.
La ilegalidad de las escuchas telefónicas era una práctica habitual. Las alarmas sobre las malas prácticas de los medios del imperio Murdoch se encendieron a principios de julio, cuando The Guardian denunció la manipulación del buzón telefónico de Milly Dowler, una niña de 13 años secuestrada y asesinada en 2002 por un redactor del NOW.
Fue el comienzo de una cascada de revelaciones sobre otras prácticas delictivas que incluían sobornos a policías y magistrados para conseguir exclusivas.
Hasta el momento han rodado varias cabezas, incluso jefes de Scotland Yard.
Pero eso no es todo. Ahora podría enfrentarse a más cargos en Estados Unidos si se demuestra una nueva acusación de escuchas telefónicas, al actor Jude Law.
De confirmarse sería la segunda vez que el grupo de Murdoch se enfrenta a cargos por espionaje en Estados Unidos, después de que el FBI abriera una investigación para saber si News Corporation pinchó los teléfonos de las víctimas del 11-S.
Desde ese momento no han parado de conocerse más casos de espionaje perpetrados por medios del conglomerado de Murdoch, que dejan cerca de 4.000 víctimas, entre ellas miembros de la realeza británica, familias de soldados británicos o familiares de las víctimas de los atentados del 7-J.
Lejos de tranquilizarse las cosas tras la comparecencia de los Murdoch, la polémica sigue y este viernes llega de la mano de las acusaciones contra el hijo del magnate de los medios.
Ha sido acusado por dos exejecutivos de alto rango del ya desaparecido News of the World de haber engañado al Parlamento británico sobre su conocimiento del espionaje telefónico.
Observando este caso y otros en la historia reciente de Chile, es urgente que se investigue a fondo la acusación contra Carabineros de supuesto espionaje telefónico a varios parlamentarios.
Es necesario establecer la verdad. Si hubo o no espionaje. Si lo hubo, quien lo ordenó y con qué propósito.
La interceptación telefónica a los diputados Sergio Aguiló (IND), Hugo Gutiérrez y Guillermo Tellier del PC y los senadores Alberto Espina (RN) y Alejandro Navarro (MAS), de llegar a comprobarse, sería de la máxima gravedad.