Lo que la histórica derecha pudo hacer en cuanto a renovación en sus 20 años de oposición, ahora una vez en el poder, no ha hecho otra cosa que retroceder en su propia modernización.
El titular lo afirma un chileno, que no siendo de derecha, se sintió esperanzado con la promesa de cambio de Sebastián Piñera.
Hoy aquel espíritu de campaña, solo se puede encontrar buscando en youtube los spot del abanderado del cambio, ya que por más que busco en el gobierno, no encuentro ese espíritu renovador, liberal, pluralista, pragmático y con sentido de urgencia que prometimos a los chilenos.
Al parecer, el Presidente Piñera está secuestrado por un sector político conservador y con evidentes cegueras sobre los cambios de la sociedad chilena.
A pesar de que soy uno de los que confía en la inspiración democrática y liberal del Presidente, estoy conciente de que la UDI quiere decididamente un gobierno de derecha y empujará al Presidente en esa dirección. La vocación del Presidente de hacer un gobierno centrista, parar estos sectores conservadores, es “gobernar con ideas ajenas”.
Es raro, pero al parecer algunos dirigentes aliancistas creyeron que el triunfo significó un grito desesperado de los chilenos para que tuviéramos un gobierno de ideas derechistas. Están equivocados. No sé en qué momento se pasaron esa película.
Los chilenos no votaron por ellos (Novoa, Moreira, Coloma, etc.), sino que votaron por la alternancia. Lo hicieron para castigar las malas prácticas de la Concertación, no para castigar sus ideas. Lo he dicho antes: este gobierno tendrá éxito en la medida que continúe con los buenos consensos que la Concertación instaló en el país, y a su vez en la medida que sea audaz en lo que la Concertación jamás lo sería, producto de sus propias mediocridades y “enchanchamiento” en el poder.
Lo que la histórica derecha pudo hacer en cuanto a renovación en sus 20 años de oposición, ahora una vez en el poder, no ha hecho otra cosa que retroceder en su propia modernización. Razones pueden haber muchas.
Lo cierto es que la “nueva derecha” quedó corta para entender los profundos cambios en la democracia chilena. Los partidos de la Alianza no entienden lo que está pasando, lo he conversado con muchos de ellos y simplemente antes de las grandes movilizaciones veían los temas ciudadanos de medioambiente, educación y libertades individuales como los “asuntos freak de la política chilena”. He ahí la distancia entre los que votamos por el cambio y este gobierno.
Invito a los dirigentes de la Alianza por Chile a mirar los videos de la campaña. Los invito a conectarse con ese espíritu que fue capaz de cambiar la historia y lograr una mayoría sedienta de cambio y futuro.
A pesar de mi auténtico llamado, dudo que se “peguen la atiná”.