El frío está muy agresivo, 8 grados bajo cero en las inmediaciones de Santiago.
Por otra parte, la contaminación ha obligado a decretar alerta ambiental y, por lo tanto, debemos mantener apagados los calefactores a leña, el método más barato de calefaccionar y, paradojalmente, uno de los más utilizados en los hogares de más altos recursos.
Los ancianos sufren bastante con este clima y disminuyen sus actividades con el propósito de evitar las afecciones respiratorias y otras enfermedades afines.
De hecho, se acerca peligrosamente el fatídico mes de agosto, (tan mala prensa que tiene ese mes).
Mi abuela no está ajena a esta situación y se cuida mucho. Ya está usando sus tenidas de pleno invierno y empieza a circular en lo que ella denomina “el horario restringido”.
Esta situación tiene varias consecuencias prácticas. La más importante, o la peor, según desde el ángulo en que se mire, es que lee más y está cada vez más informada de lo que ocurre en el país.
Hoy tenía en sus manos un suplemento que en su portada muestra al ministro de educación. Traté de evitar la conversación con ella, al menos sobre este tema. Fue inútil.
Tenía el suplemento todo subrayado y con esos papelitos amarillos que se pegan (y despegan) con facilidad. Al pasar a su lado me preguntó: ¿qué te ha parecido esta entrevista?
Yo, por supuesto, la había leído y me llamaron la atención varias de las declaraciones que contenía. Evitando el tema contesté: abuela, la he leído muy rápidamente, no puse mucha atención.
Me miró con sus ojos chispeantes y dijo: no puedo creer que hayas leído esta entrevista sin mucha atención. ¿No viste el titular? ¿Viste lo que dice en la primera página? ¡¡¡Se pasaron de la raya!!! y luego en la bajada del título dice que “llegó la hora de poner orden”.
Abuela, hay que entender la posición del ministro. No es fácil manejar este conflicto y, en ese contexto, lo que quiere decir es que se cambiará el lugar y el interlocutor donde se conversará de este problema. Ahora se discutirá en el Congreso. No me parece leer una amenaza.
Su mirada era la misma que cuando yo era pequeño y ella me enseñaba las reglas ortográficas que me resultaban imposibles de aprender. Era la misma mirada compasiva, como advirtiendo cierta limitación en mi capacidad intelectual.
Mira me dijo, aquí dice que quienes protestan no representan a la mayoría.
Recuerda las últimas concentraciones políticas en las campañas presidenciales. Eran muchos menos los asistentes y eso que contaban con transporte gratis.
De hecho querido nieto, una de esas movilizaciones, más pequeña que la última marcha, representaba a la mayoría que apoyó al candidato que luego ganó la elección. Yo creo el ministro está subestimando el alcance de las protestas.
Abuela, a mí me parece que el ministro maneja muy bien su relación con los medios… y lo que quiere decir…
No alcancé a terminar la frase. Ella sacó uno de sus papelitos amarillos que decía que la Universidad de Chile recibía más recursos que un conocido instituto profesional, que hace poco se ha titulado también de universidad. Mira me dijo, tú me puedes decir, ¿esta institución es privada o pública?, ¿tiene fines de lucro?, ¿es razonable hacer esta comparación?
Mi abuela no me puede hacer preguntas fáciles. Contesté: abuela, es una institución privada que forma técnicos; hace poco se ha transformado en universidad. Es un organismo muy importante en la estructura de la educación superior. Es privado.
Pero dime, ¿es comparable a la Universidad de Chile?
Para evitar el punto dije: abuela, tú sabes que yo no soy experto en la Universidad de Chile.
Yo estudié en la Universidad Técnica Federico Santa María y de ésta te puedo contestar casi cualquier cosa.
No trates de escabullirte. Tú, querido nieto, deberías saberlo. Debo decirte que la Universidad de Chile es la recibe más Aporte Fiscal Indirecto (por consiguiente, la que atrae los mejores puntajes de la PSU), es la que produce más investigación, es la que forma más doctores, es la que ha dado más presidentes de la República, más Premios Nacionales, más…. Hizo una pausa, al parecer se dio cuenta que estaba exagerando. Ella -de hecho- no es hincha de la Chile.
Abuela no es para tanto.
Tienes razón me dijo… (No sé si lo hizo de verdad o por considerarme interdicto)…
Respiró profundo y sentenció: si el ministro llega a tener razón, en esto que los que protestan son minoría, entonces el presidente saldrá fortalecido de esta crisis y el “poner orden” que se plantea en la entrevista será la solución. Tal vez el gobierno y el ministro suban su porcentaje de aprobación en las encuestas, además hay que tener consideración con el ministro.
Abuela, ¿a qué te refieres con “tener consideración”?
El diario dice que el ministro tuvo que endeudarse para hacer la inversión en la Universidad del Desarrollo y sólo recibió dinero como profesor ¿te das cuenta los intereses que habrá tenido que pagar para tan noble propósito?
Cuando se retiraba a sus aposentos preguntó si le había llegado una caja que está esperando desde hace algunos días… (al parecer sus chocolates están por terminarse)…
Tengo dudas si no me ha dado chocolates porque le quedan pocos o porque piensa que últimamente no los merezco.