Los césares le embolinaban la perdiz a los romanos con carreras de cuadrigas y peleas de gladiadores.
Las cuadrigas eran coches de dos ruedas tiradas por 4 caballos; corrían como bólidos.
Los coches de dos caballos se llamaban bigas; los cocheros eran los aurigas, tipos muy populares en esos años, como hoy lo son los pilotos de Fórmula Uno. De gladiadores poco que contar: son como los boxeadores de hoy, pero que no sólo peleaban entre ellos, también combatían a las fieras. Al que perdía, funeral, si es que los leones dejaban algo.
Eran tremendos estos romanos. Qué ocurrencias tenían.
La costumbre de montar espectáculos en los circos continuó hasta nuestros días. Es que el pueblo de veras disfruta con las presentaciones, siempre que tengan brillo por supuesto. Es una forma de pasar las penas.
En los años de dictadura, Pinochet utilizó el Festival de Viña para estos efectos. No pudo hacerlo con el fútbol, porque la generación posterior al Colo Colo 73 fue mediocre. Apenas llegó la democracia, apareció Colo Colo 91 que ganó la Copa Libertadores. Muchos dicen que no fue casualidad…
El circo que está por empezar ahora es la Copa América de fútbol. Nos tendrá entretenidos por unas tres semanas y atentos a los empresarios que buscan talentos para llevarlos a mercados más potentes que los nuestros, quedándose con la parte del león, como corresponde. Porque de haber lucro en el fútbol, lo hay.
Las cachañas de Alexis, las rabonas del Mati, las pillerías de Vidal, los goles de Chupete nos acompañarán en estas frías jornadas invernales. Para beneficio de algunos, hasta podríamos dejar de lado la estafa de La Polar, el lucro en la educación, los virus que harán su agosto un mes antes, el juicio a Karadima y el proceso Minvu-Kodama.
Imaginemos que llegamos a la final. Eso le vendría de perillas a los que sufren con la caída en las encuestas. Alexis se va por la derecha, centro para Chupete, ¡gol de Adimark!