Mientras tomaba una prueba en la Universidad, una estudiante se acercó y me pasó una hoja al tiempo que me decía: “esto estaba en la silla”. El papel contenía las demandas que dan origen a la Jornada de movilización del 12 de Mayo.
Me había tocado permitir a algunos alumnos que expusieran su programa brevemente a propósito de alguna elección universitaria y la verdad es que había quedado bastante desencantado: pocos contenidos mucho slogan y frase machaconamente repetidas y no por eso correctas. Este caso fue distinto, con alguna prevención comencé a leer las propuestas y me fui entusiasmando.
Preocupación por la Calidad de la Educación, no sólo en términos de una sólida preparación académica sino en la formación de ciudadanos íntegros, cautelando el pluralismo, la tolerancia y asegurando la libertad de cátedra y opinión.
Aumento del financiamiento público a la Educación Superior, en particular a las universidades estatales tradicionales muchas de ellas ahogadas por el endeudamiento y que son las que realizan la mayor parte de la investigación dura que hace el país.
Reestructuración del sistema de becas y ayudas estudiantiles, asegurando becas completas para los estudiantes de los primeros quintiles y aumentando la cobertura para acceder a aquellos del tercer quintil.
Revisión del Aporte fiscal Indirecto, por ser claramente un incentivo regresivo y que fomenta la segregación estudiantil y en la calidad de la enseñanza.
Además de lo anterior se propone la participación de todos los estamentos en los cuerpos directivos universitarios y asegurar la libertad de asociación de estudiantes y trabajadores.
Se podrán compartir total o parcialmente las demandas señaladas, pero primero es importante anotar que estamos ante un cuerpo vivo con opiniones dignas de ser consideradas y por lo tanto que debieran ser dignas de mejores expectativas que las de gritarse en las calles del centro de Santiago.
Creo que harían bien los partidos políticos de ocuparse de estos temas , congregar a los estudiantes, abrir instancias de debate sumarse como otro canal más en la consecución de una Educación Superior de Calidad para todos los estudiantes y no sólo para aquellos cuyos padres disponen de recursos para pagar.
Son estos los elementos que se tienen a la vista cuando se nos promete alcanzar determinados niveles de desarrollo, entrar al club de los países del primer mundo, vivir en un país desarrollado.
No es aconsejable esperar que las demandas traspasen las barreras de la manifestación pacífica para entonces llamar a constituir mesas de trabajo.