30 may 2014

Discriminación

El sábado 17 de mayo hubo una reunión multitudinaria en el Parque Bicentenario de Vitacura, donde a lo menos estuvieron presentes 10.0000 personas, entre familias, jóvenes, vecinos, comunidades, fundaciones e instituciones de caridad y participaron durante el día, en un ambiente de camaradería, fraternidad, alegría, entusiasmo y oración.

Este evento, denominado “Encuéntrate 2014”, fue organizado por la Parroquia San Juan Apóstol, animado por su Párroco Osvaldo Fernández de Castro y por laicos comprometidos, nos muestra que es posible aunarnos en un sólo espíritu, destacándose la bondad, la caridad, la esperanza y la amistad profunda y auténtica.

Estoy cierto de que ninguna familia, como las personas que participaron quedaron indiferentes a un ambiente positivo que impactó profundamente en sus corazones, con una experiencia de gozo y agradecimiento a Dios por poder contar con una Iglesia tan dinámica, con imaginación para la caridad y para el servicio hacia los más necesitados.

Fuimos invitados como Fundación Paternitas, significando para nosotros crear lazos y estrategias con las más de 80 fundaciones, que en forma abnegada, con sacrificio permanente y en el más absoluto anonimato, generan vida y futuro hacia el segmento con quienes trabajan.

Con todo lo significativo e impactante de ese día, me extrañó, la mínima o casi nula cobertura periodística que tuvo este magno intercambio, ya que al finalizar la jornada, en las noticias de los distintos medios, primaba la difusión de la marcha gay, el día del reciclaje, y el día del tatuaje. No teniendo nada en contra de estas iniciativas, que al parecer también fueron multitudinarias, me llama la atención esta discriminación contra los grandes valores y principios que ostenta nuestra fe cristiana.

¿Qué pasa con los medios, qué los mueve a dar tanta cobertura y priorizar alguna manifestación ciudadana respecto de otras, cuáles son los criterios que aplican los editores para las pautas de noticias?

En sintonía con lo anterior nunca he podido comprender porque estos mismos medios, muchas veces, cubren con tanta espectacularidad y de manera repetitiva, atiborrándonos con noticias de sangre, tragedias, hechos delictuales aberrantes y episodios que generan un ambiente social con sensaciones de miedo, temor e inseguridad…no creo sea ese el rol de los medios.

La noticia luminosa de ese sábado 17 de mayo, donde se manifestó la alegría sobre la tristeza, la esperanza sobre la desesperación, la colaboración sobre la división, el amor sobre el odio, quedó prácticamente sumergida en el anonimato y habiendo podido ser una gancho periodístico preciso y precioso para gritar con entusiasmo y fuerza una muy buena noticia, tan necesario y urgente.

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