25 abr 2014

Las demandas por el agua

Este sábado 26 de abril se realizará en Santiago la segunda Marcha Nacional por la Recuperación y Defensa del Agua, en el contexto de un periodo prolongado de sequía, de graves conflictos territoriales por el agua y en el marco de un nuevo gobierno.

A esta manifestación de demandas ciudadanas por el agua, concurrirán comunidades y organizaciones que enfrentan escasez, problemas de acceso, usurpación, contaminación, agotamiento y degradación de recursos hídricos en las diversas regiones del país.

De facto los conflictos por el agua expresan, no sólo una situación crítica debido a los años de sequía, sino también, una crisis del marco jurídico vigente sobre un bien tan esencial como el agua.

No obstante este evidente problema en la gobernabilidad del agua, confirmado en todos los estudios nacionales e internacionales, incluidos los del Banco Mundial, el Estado de Chile no ha estado a la altura para enfrentarlo, con excepción de un consciente conjunto de parlamentarios que ha presentado en los últimos años una veintena de reformas al Código de Aguas y a la Constitución en materia de aguas.

Tal como ocurrió a partir de 2011 con las marchas sobre desarrollo energético y derecho a la educación, entre otros, crecientemente se amplifica la demanda por el derecho al agua y la recuperación de este bien público para todos los chilenos.

La marcha nacional programada para este sábado 26, se funda en idénticas demandas expresadas en la 1º Marcha por la Recuperación y Defensa del Agua, realizada a inicios de 2013 y refrendadas por delegados desde Arica a Aysén, en el Cabildo Nacional por la Defensa del Agua y la Vida el pasado mes de octubre.

Siete son las principales demandas que expresa la sociedad chilena sobre las Aguas.Lo primero y central es la propiedad colectiva, el agua es vida y es de todos los seres que dependen de ella, y el rol del Estado no es asignarla en propiedad, sino garantizar bajo una lógica territorial, una gestión democrática, racional, equitativa y eficiente del agua.

La segunda demanda es el fin al lucro: el agua es un bien común y un derecho humano básico y debe ser consagrado como tal en la Constitución

En tercer lugar se demanda una forma de gestión comunitaria de las aguas, dado que los pueblos y comunidades tienen el derecho de decidir sobre sus modos de vida y proteger las aguas para su subsistencia física, económica y cultural, el desarrollo local y regional.

Por esto mismo, la demanda incluye la derogación de los instrumentos privatizadores como el Código de Aguas y el Tratado Binacional Minero que entregan la propiedad del agua como un derecho inalienable a las empresas con fines de lucro, a costa de los derechos, la subsistencia y sustentabilidad de las comunidades y economías locales.

Un quinta demanda clama por Leyes para la vida, es decir un marco institucional que proteja las cuencas y fuentes de agua y en especial los ambientes fragilizados como los glaciares y peri glaciares para preservar las nacientes de las cuencas y la continuidad y sustentabilidad de los flujos hídricos.

En sexto lugar se demanda una reestructuración institucional que termine con la concesión de derechos en cuencas que no se pueden recargar, que no sea funcional a la usurpación de aguas por parte de los más ricos y cómplice de la destrucción de los glaciares y las cuencas.

Finalmente se demanda el fin a la criminalización de organizaciones y dirigentes sociales que luchan por el acceso, protección y recuperación del agua, entre cuyas recientes víctimas se encuentra el secretario general de Modatima, enjuiciado por un ex Ministro de Estado.

Ante estas demandas es importante recordar que actualmente tenemos un marco legal que entrega gratuitamente y a perpetuidad las aguas a los privados sin ninguna prelación de uso; que parte importante de las cuencas y acuíferos subterráneos están sobreexplotados o agotados; que la ley hace difícil que la autoridad pueda denegar derechos y que una vez entregados estos derechos de agua, la autoridad no tiene atribuciones para intervenir.

Así las aguas quedan entregadas a una gestión basada en la oferta y demanda del denominado “mercado de aguas” donde el acceso está cerrado a quienes no pueden adquirirlo.

Chile enfrenta su cuarto año de sequía y un proceso sostenido de desertificación que afecta a casi el 70% del territorio nacional.

Las comunidades afectadas han debido afrontar la escasez, la falta de higiene, la segregación social y el deterioro en sus actividades productivas por no contar con este vital elemento y hoy reclaman la recuperación del agua para fines de interés público.

En el Parlamento existe consenso creciente respecto de la necesidad de reformas al Código de Aguas y a la Constitución y existen decenas de mociones parlamentarias, algunas de las cuales referidas al Código de Aguas, la protección de Glaciares y los Servicios Sanitarios Rurales se encuentran con votación avanzada en el Senado y la Cámara.El nuevo gobierno tiene hoy la oportunidad de patrocinar estas reformas y hacer los cambios que la ciudadanía exige.

La 2º Marcha Nacional por la Recuperación del Agua, es la expresión de estas demandas, tras las cuales existen cientos de conflictos e injusticias donde la ciudadanía reclama responsabilidad, voluntad y acción política.

De no mediar una pronta respuesta del sector político es claro que los conflictos en la gobernabilidad de agua se agravarán a niveles insospechados en el ámbito de la salud, la alimentación y la convivencia social, debido al contexto de mayor estrechez hídrica que trae el cambio climático.

Según los expertos internacionales, el déficit en la disponibilidad de agua es el impacto más notable del cambio climático y asociado al alza de temperaturas y la baja de las precipitaciones

El Quinto Informe del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) de Naciones Unidas, presentado hace pocas semanas, advierte sobre el alza de temperaturas, el retroceso de glaciares y baja en lluvias en nuestro continente.

Esperamos que el nuevo gobierno esté a la altura de la responsabilidad ética y política que enfrenta en materia de aguas.

Este es un espacio de libertad, por lo que solicitamos que no lo desaproveches. Contamos con que las opiniones se remitan al contenido de las columnas y no a insultos, ataques personales, comentarios discriminatorios o spam.

Por lo mismo y buscando el buen funcionamiento de este canal de expresión, requerimos de un registro previo utilizando Twitter, Facebook, Gmail o Disqus.

Si tienes problemas para registrarte, haz click acá.

  • Pablo Carrasco

    Una verguenza que aún exista el famoso código de aguas impuesto en dictadura. El agua es un derecho universal, y las sequías se deben a empresas que succionan los ríos indiscriminadamente, y los bosques de pinos y eucaliptus que siembran los privados ayudan a erosionar los suelos, ideal para incendios como los de Valparaíso.

  • RuizMnica

    Ha sido una brutalidad el código de agua Chile será un peladero en corto tiempo . Lo que se ha quemado con los incendios esto irá en aumento . País transformado en un verde eterno , que no cambia de una estación a otra . Un desierto verde de pinos que afean todo el esplendor que Chile tuvo alguna vez . Pronto habrá que generar paisajes artificiales como en España cuya tierra no ofrece grandes paisajes , su naturaleza es más bien escasa y gastan toneladas de dinero en construir complejos para el descanso. Nuestros campos están secos y los pinos son una verdadera pesadilla en el entorno . El agua debe estar en poder del Estado . No hay derecho que lo único que podríamos tener a un precio razonable. como lo es el gas para argentina y Bolivia nosotros ni siquiera podemos disponer del agua que es lo que hubo en abundancia. Lo peor de lo peor es que hay lugares que no la tienen ., y resulta inexplicable cómo pueden vivir si ese elemento vital para la subsistencia de todo ser vivo . Seguiremos quemándonos si las medidas del código de agua no cambian a la brevedad como precaución y medida preventiva de tener desastres mayores .Sabemos que la Dictadura debilitó a sus anchas al país entregando todo lo que podía ser un fuerte sustento para Chile . Se necesita un cambio constitucional para terminar con todos los que sacaron un desbordante provecho de los bienes Chilenos . A cambio de un aporte que más nos llevado a una pobreza profunda si miramos lo poco que va quedando de lo que fue Chile.