La región metropolitana de Santiago tiene una superficie de 15.550 km2 y es la más pequeña de las 15 existentes en el país, aunque aquí viven casi 7.000.000 de habitantes; es decir, el 43% de la población del país. Creemos que por tener este tipo de exacerbado centralismo debiéramos obtener un nuevo récord Guinness para Chile.
Como vemos, hay una excesiva concentración de gente en una cuenca encerrada entre las cordilleras de Los Andes, por el oriente y de la Costa, por el poniente. El cordón montañoso de Chacabuco la separa de la V región y los cerros de Angostura y Chada, en Paine, constituyen el límite con la VI región.
Unido a ese encierro geográfico, las características meteorológicas en este territorio obstaculizan la dispersión de las emisiones tóxicas que generan las fuentes fijas y las crecientes móviles. La inversión térmica, como la falta de vientos en los meses de otoño e invierno, dificultan que las partículas asciendan y las comunas más perjudicadas con este situación son las que están localizadas en el sector poniente, es especial la comuna de Pudahuel.
El 1997 esta región fue declarada latente y saturada de diversos contaminantes y por ello, conforme a la Ley de Bases Generales del Medio Ambiente, se estableció un Plan de Prevención y Descontaminación Atmosférica (PPDA), instrumento normativo que a través del tiempo se ha estado flexibilizando para tranquilizar a los actores privados que se desenvuelven en los distintos sectores de la economía, quienes han puesto el grito en el cielo por algunas de sus lógicas medidas.
Una de ellas decía : “se mantendrán como Parques Metropolitanos, Parques Intercomunales, Áreas Verdes Complementarias, Áreas de Valor Natural y Áreas de Interés Silvoagropecuario aquellas definidas como tales en los Instrumentos de Planificación Territorial, especialmente en el Plan Regulador Metropolitano de Santiago (PRMS). Se pretende preservar grandes áreas verdes existentes, tales como La Platina, Antumapu, Parque Laguna Carén, Estadios, Clubes, Colegios, etc. Por ser éstos pulmones verdes de la ciudad que oxigenan, limpian y ventilan el aire regional”.
Para satisfacer las ansias especulativas de aquellos promotores del libérrimo crecimiento económico, sin importar sus efectos en el bien público, esta medida fue eliminada del PPDA, pero no por ello estos territorios quedan exentos de regulación. Están normados con menor rigor en el PRMS y en la Ordenanza General de Urbanismo y Construcciones (OGUC).
Pero lo que no se ha modificado todavía es el Sistema Metropolitano de Áreas Verdes y Recreación del PRMS, en donde se listan con sus respectivos nombres todas las áreas verdes públicas y privadas, fijándose las condiciones urbanísticas para aquellas limitadas instalaciones e edificaciones que se pueden ejecutar en cada una de sus distintas tipologías.
El artículo 5.2.3.4. Avenidas Parques del PRMS contiene por un lado a los Parques Adyacentes a Cauces y por otro lado a los Parques Adyacentes a Sistemas Viales. Uno de éstos es el Parque Las Torres, situado en varias comunas entre las cuales se citan las de Pudahuel y Estación Central.
Pues bien, en un tramo de 2 hectáreas de esta área verde, situado exactamente en la Av. Las Torres con la calle Laguna Sur, en el límite de las comunas de Estación Central y Pudahuel, se intentan construir por etapas 4 edificios de 5 pisos cada uno, que contemplan un total 264 viviendas.
Ante esta pretensión, los miles de vecinos que residen en las inmediaciones de ese terreno se han organizado para exigir que el gobierno respete su condición de área verde y la materialice a la brevedad como tal. El diputado del distrito, Gabriel Silber, apoya a la comunidad que desea disponer de espacios de recreación y esparcimiento.
No sabemos cual será el desenlace administrativo de este conflicto, pero los vecinos nos han informado que están decididos a llevar el caso ante los tribunales de justicia porque esa área verde la consideran como parte integrante de los necesarios equilibrios ambientales de la zona en donde residen.
Ahora bien, el artículo 117º del actual PPDA ordena que se deberán reforestar los corredores verdes proyectados y existentes para favorecer la circulación de vientos, estableciéndose como meta prioritaria un aumento de 1.800 hectáreas como nuevas áreas verdes, las que se deberán materializar en las comunas más deficitarias de esta colapsada región.
Por último, la institucionalidad ambiental debió haber realizado los estudios para la elaboración de un sistema oficial con la información relativa a las masas de vegetación que rodean la cuenca de Santiago. Ese trabajo debió haberse terminado a fines del año pasado y esperamos que ello haya acontecido.