17 abr 2013

Justicia para las madres

Alexandra Benado y Alejandra Gallo junto a sus hijos constituyen una familia, pero el Registro Civil –como ya es ampliamente conocido- ha impedido que la madre que no dio a luz a los niños los reconozca como sus hijos.

En el país son muchas las parejas que para ver cumplida su decisión de tener hijos se someten a técnicas de fertilización asistida. Esta particular forma de constituir familia cuenta con el amparo y protección de la legislación chilena, que reconoce la filiación y parentesco de estos niños aun cuando –obviamente- no existe un vínculo biológico con al menos uno de sus progenitores. Pero si se trata de madres lesbianas, hemos constatado que el Registro Civil se ha negado a reconocer el vínculo filial de la madre (que no dio a luz) con sus hijos, como si en este caso no existiera igualmente una familia.

Alexandra y Alejandra no piden otra cosa que el reconocimiento de la realidad. Ellas son una familia. Desde hace seis años viven juntas en una relación familiar y desde hace tres, cuidan y velan por sus hijos, brindándoles desde su nacimiento protección y amor; y les preocupa que sus hijos no puedan exigir –como cualquier otro niño chileno- los derechos que les corresponden a ser cuidados, criados y educados por su familia, y eventualmente, derechos hereditarios y patrimoniales.

Por ello, las madres han acudido a la justicia, para que ésta cautele los derechos fundamentales y garantías constitucionales que la negativa arbitraria del Registro Civil vulnera, especialmente el derecho a la igualdad y la prohibición de discriminación, la protección de la familia, el derecho a la vida privada y el derecho a la integridad síquica, además de los derechos de los niños.

Sin embargo, la Corte de Apelaciones declaró inadmisible el recurso de protección basada en que no se habría señalado la “ilegalidad en que se ha incurrido”, pese a que el recurso judicial se interpuso ante la arbitrariedad –no la ilegalidad- del rechazo por el Registro Civil a reconocer la maternidad de Alexandra. En palabras de la Corte Suprema “una acción arbitraria consiste en un acto o proceder (…) contrario a la justicia” y es eso lo que se alega en este recurso.

Es la propia Constitución Política (Artículo 20) la que establece el recurso de protección como una acción cautelar para reestablecer el imperio del derecho cuando éste ha sido quebrantado por actos u omisiones arbitrarias o ilegales que vulneran derechos fundamentales. Precisamente por ello se ha estimado que es ésta la acción judicial idónea para asegurar el respeto y protección de los derechos de estas mujeres y sus hijos.

Ante la inadmisibilidad pronunciada, Corporación Humanas –que representa a las madres ante los tribunales de justicia- presentará un recuso de reposición a fin de que la Corte de Apelaciones reconsidere su decisión inicial y se aboque a resolver sobre el fondo de la cuestión planteada: la evidente violación de los derechos fundamentales a la igualdad y no discriminación y a la protección de la familia, entre otros, cometida contra las madres y sus hijos.

Dada la centralidad de la protección de las garantías constitucionales en el ordenamiento jurídico chileno, lo esperable es que sean los tribunales nacionales los que resuelvan este caso, pues a ellos corresponde asegurar que en el país los derechos humanos se respeten sin discriminación.

La orientación sexual no puede ser un impedimento para que el Estado de Chile –todos y cada uno de los Poderes del Estado y los órganos públicos- reconozca la familia de estas madres y se protejan jurídicamente sus derechos y los de sus hijos.

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  • http://www.facebook.com/manuel.martinezpardo.9 Manuel Martinez Pardo

    Yo creo que hay un vacío legal, respecto a este caso, sobre el cual se debiera legislar, debiera considerarse la inseminación artificial sólo a mujeres heterosexuales que tengan imposibilidad de embarazarse por la forma natural.

    • http://www.facebook.com/people/Víctor-Marcelo-Vergara-Verdugo/1262161046 Víctor Marcelo Vergara Verdugo

      Tu vista de las mujeres es considerarlas como ganado. Los talibanes se quedan cortos contigo. Lo siento por ti, pues en los próximos años vas a tener que presenciar cuando se legisle, primero el APV, luego el matrimonio homosexual y, finalmente, la adopción de matrimonios homosexuales. La historia no se detiene y los retrógrados siempre deben empinarse esos tragos amargos.

      • http://www.facebook.com/manuel.martinezpardo.9 Manuel Martinez Pardo

        Nací de una mujer, una de las personas más importantes de mi vida, respeto a las mujeres, incluidas las lesbianas, para mi no tiene mayor importancia que se emparejen, pero jamás voy a aceptar la adopción o inseminación de parejas homosexuales, los hijos no son nuestra propiedad, nacen libres, con derechos y cuando se les niega la posibilidad de criarse con la imagen materna y paterna, se está violando este derecho.

        • Ignacio Rodríguez Moreno

          Aborto para todas las madres solteras (según su lógica)

  • Jose

    Inseminación artificial …. familia artificial.

  • http://www.facebook.com/jacanalesl Juan Antonio CanalesLeyton

    La vida en sociedad ha hecho que el ser humano establezca normas lo más equitativas y justas posibles para su convivencia con sus semejantes.
    En la medida que por razones justificadas o no se busque favorecer excepciones de minorías, como lo que relata este artículo, estamos bombardeando la base de la sociedad.
    ¿Por qué tu aspiración y no la mía?
    ¿Y si aparece un grupo de personas que desean vivir en convivencia conyugal múltiple, casándose entre todos y adoptando a todos los hijos de estas relaciones transversales, debe esta sociedad ceder y validarlo en la ley?
    Este exagerado ejemplo sólo busca hacerlos reflexionar un poco al respecto.
    Pretender crear una familia con dos madres legalmente reconocidas es sólo un berrinche disfrazado de libertad individual.
    Si su condición lesbiana asumida es lo que les tocó en suerte vivir, deben asumir su realidad, pero en el entorno de lo que la sociedad ha instituido.
    ¿No les gusta? Organícense y modifiquen la ley, pero no traten de torcerle la nariz al sistema.
    Nosotros, la gente común y corriente del diario vivir ya nos estamos cansando de estas exigencias tan absurdas y saturantes que invaden nuestra vida por la gran difusión que los medios le dan a los “sufrientes afectados por la discriminación de la sociedad”.
    Soy de los ingenuos retrógrados que creen que una pareja está constituida por dos personas de sexo distinto, unidas entre otros fines para procrear y prolongar la especie, buscando formar personas buenas y que sean solidarias con el prójimo, generando así una familia, núcleo básico de la sociedad adonde vivo.

    Y también exijo mi derecho a no ser agredido con estas patrañas egoístas y ávidas de publicidad. Es mi opinión, y tiene el mismo valor que la de Uds. ¿O no?

  • Tani Amaya

    no será mucho?