Ante la crisis real de los Derechos Humanos que sufre Chile, ahora agravada por la discusión sobre la muerte de Manuel Contreras quien no fue degradado como lo ordena el Estatuto Militar, hay que dirigir la mirada al exterior para darse cuenta que aquellos ejemplos de los que se vale un país pueden ser simplemente mitos de farándula.
Por el contrario, es aquí donde está la respuesta y la entregan ciudadanos chilenos que conocen la realidad vivida.
Cabe comentar, entonces, la noticia internacional según la cual el Estado islámico (EI o Daesh), grupo terrorista que asola el Medio Oriente y que fue creado por el Pentágono tal como lo ha confirmado tanto Hillary Clinton como la documentación desclasificada de organismos oficiales, atentará contra la Reina de Inglaterra.
Los datos publicitarios-no confirmados-indicarían que EI habría elaborado un plan para asesinar a Isabel II el próximo 15 de agosto, cuando se celebra el fin de la II Guerra Mundial y la rendición de Japón, después de sufrir el Holocausto Nuclear en Hiroshima y Nagasaki.
Lo que manifiesta el periódico Daily Mail es que la Policía Metropolitana de Londres (Scotland Yard) y el Servicio de Inteligencia británico MI5 estarían en una “frenética carrera” para investigar dicha idea y poder contenerla a tiempo, ya que se instalaría una bomba en el lugar donde se desarrollaría tal acontecimiento. Aún más, el príncipe Carlos de Gales y el primer ministro británico, David Cameron, serían otros de los objetivos de este atentado.
Lo ejemplificante para el mundo es que la reina ha dicho que asistirá demostrando su valentía a los súbditos ingleses, como una forma de insuflar optimismo histórico. Pese a las advertencias de las fuerzas de Inteligencia, ha insistido en su asistencia al evento aunque Cameron le ha informado de la gravedad del asunto: EI ha declarado la guerra al Reino Unido y es muy peligroso que 700 ciudadanos se hayan unido a esas fuerzas, manteniendo incluso seis cuentas en la red social Twitter desde las que lanza propaganda a ese país.
En realidad, éste es un mecanismo ficticio para crear apoyo a Cameron mismo quien ha disminuido su popularidad en altos niveles y unir al pueblo ante el supuesto agravio terrorista-generando miedo-, debido a que se ha aplicado nuevamente las recetas del FMI respecto a las medidas austericidas y que han afectado a los sectores más desprivilegiados de Inglaterra. Cabe mencionar la crítica a la Reina por la opípara cena dada al Presidente Peña Nieto mientras se sucedían los graves hechos en México.
Esta propaganda ya tiene un antecedente en Chile con la venida del Príncipe, del cual se hizo una historia falsa sobre su valentía al asesinar ciudadanos en Afganistán con una “solidez increíble”. Lo que no se dijo es que lo hizo desde una altura imposible de ser detectado, con objetivos militares y civiles indefensos y que no revistieron ningún peligro para su señoría.
En realidad esta falsificación de la categoría valiente tiene una contraparte en el verdadero concepto que se debe manejar en Chile: aquel que reconoce el valor de quienes en condiciones de inferioridad se oponen a políticas agresivas contra la mayoría de la gente, como la estafa pensional aún vigente, o ex presos políticos dejados a su suerte por la “democracia”.
La moda ahora parece ser las amenazas de Daesh a todas las figuras occidentales en crisis de autoridad como Barack Obama, Angela Merkel, y ahora británicos. Algunos comentaristas jocosamente han indicado que posiblemente algún jugador destacado, aunque en decadencia también, podrá ser nombrado para subir en algo su autoestima.
Si se contrasta con las más de trescientas mil personas muertas en Siria y seis millones de desplazados, este acto es absolutamente fantasioso al calificarlo como la amenaza inmensurable. Es para reflexionar pues la demolición de los principios como fuente fundamental del buen vivir unilateral ya están en entredicho y falseados.