03 mar 2014

Nuevo horror, ley anti-gays en Uganda

El 24 de febrero, Yoweri Museveni Presidente de Uganda promulgó la ley Anti-Gays después de dos meses de negarse a hacerlo. Dijo, la ciencia me cambió de opinión— en particular por los hallazgos de un comité científico que el ministerio de Salud nombró a principios de mes. “La conclusión unánime del comité fue que la homosexualidad, en contra de mi anterior enfoque, tenía su origen en el comportamiento y no era de origen genético.”

El presidente Museveni le había escrito el 18 de febrero al Presidente Obama en respuesta a la solicitud de éste que no firmara la ley y justificó su postura diciendo…“la homosexualidad es sólo un aprendizaje y es mejor que lo olviden”.

Tras la dictación de la ley, siguieron una serie de composturas por miembros del comité científico, formado por científicos y médicos investigadores de la Universidad de Makerere, culpando al Presidente y a su Partido. Al desmentir el contenido del informe de su comité, afirmaron que jamás dijeron que la homosexualidad no era genética ni podría ser una conducta a olvidar.

Y siguió una cadena de renuncias por los encargados del informe condenando el rigor de la ley que establece prisión perpetua por “homosexualidad agravada” como los actos con menores y condenas de 7 a 14 años por tentativa u obra, respectivamente.

El tema lleva años. La ley había sido enviada al Parlamento de Uganda en 2009 y fue rechazada por objeciones ante provisiones que incluían la pena de muerte. En la nueva versión aprobada por el Parlamento el 20 de diciembre 2013, el Presidente Museveni afirmó que “mercenarios” estaban reclutando jóvenes para actividades homosexuales.

Cabe destacar que en el informe citado, el comité había declarado que no existiendo un gen responsable de la homosexualidad, la homosexualidad no es una enfermedad ni es algo anormal, por tanto ser homosexual puede ser influenciado por factores ambientales como la cultura y por imposición de sus semejantes. De esto se desprende que las conductas homo y heterosexuales necesitan “regulación para proteger a los y las vulnerables.”

Las cosas se habían puesto harto peor para los cientistas cuando presentaron el 14 de febrero el informe a unos 200 parlamentarios (de un total de 360) y rápidamente salió un comunicado de prensa resumiendo los hallazgos del comité y declarando que ahora era posible que Museveni firmara la ley “por cuanto la cuestión si uno podría haber nacido homosexual o no ha sido respondida” —y se entiende que no.

Así las cosas, queda establecido que la “Homosexualidad no es una enfermedad” y que la “Homosexualidad no es una anormalidad” para darnos cuenta que “es simplemente una conducta que puede aprenderse mediante experiencias en la vida.” Esto produjo la estampida de los delegados en el comité (según los psicólogos y psiquiatras de la Junta de Investigaciones Médicas de Uganda que la semana pasada informaron a la revista Science de los EE.UU.).

El informe final hecho ley por Museveni revela detalles acerca de los roles relativos de la naturaleza y de la crianza en originar la homosexualidad, concluyendo que ambos influyen pero que la crianza puede jugar un rol más importante.

¿Cómo vemos esto acá en Chile? Para algunos de nosotros es innegable que la preferencia sexual no es una opción, que desconocemos cómo se desarrolla el conjunto de procesos biológicos en el embrión humano que establecen su origen y no se puede menospreciar los hallazgos de la ciencia.

Más aún, que no pueden establecer ningún vínculo no biológico en los seres humanos homosexuales como posibles causas de su preferencia sexual.

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