Los recortes presupuestarios al que está obligada España por el elevado déficit público que arrastra es caldo de cultivo para que se adopten medidas que perjudican a los ciudadanos.
Es el caso, por ejemplo, de los beneficios que se otorgan por ley a personas dependientes y cuya atención no siempre puede ser costeada por sus familiares. La reducción de gastos ha dejado en situación extrema o en la indigencia a miles de familias.
El Gobierno se las ingenia para dar tijeretazos allí donde cree que el dinero sobra, se malgasta o que no es imprescindible.
Con este argumento que vale tanto para un roto como para un descosido, el ministerio español de Salud ha anunciado que excluirá de los tratamientos de reproducción asistida a mujeres solas y lesbianas en los hospitales públicos. Ese derecho se reserva a partir de ahora “para parejas integradas por un hombre y una mujer” y siempre que haya problemas de fertilidad.
El anuncio ha hecho saltar las alarmas. Y no faltan razones.
El fallido intento del Partido Popular , en el Gobierno, para invalidar la ley que permite el matrimonio entre personas del mismo sexo ha puesto en alerta a sectores más progresistas y liberales de este país ante posibles medidas que amenacen derechos adquiridos y que se consideran irrenunciables.
Uno de ellos es precisamente el derecho a acceder a la reproducción asistida pública a mujeres solas o parejas de lesbianas.
Aunque se trate por ahora de una propuesta que el ministerio de Salud ha enviado a todas las comunidades españolas, se da por hecho que la medida no tendrá vuelta atrás.
Anticipándose a la polémica , las autoridades sanitarias aclaran que las restricciones no obedecen a motivos ideológicos y que se adoptan “para priorizar y así atender estrictamente a criterios terapéuticos y preventivos ”.
Para no pillarse los dedos, el proyecto no habla de solteras o lesbianas.El texto se refiere al acceso a la reproducción asistida “ a parejas formadas por una mujer no mayor de 40 años y un hombre no mayor a 55, sin ningún hijo común previo y sano y que cuente con un diagnóstico de esterilidad tras haber realizado el correspondiente estudio”.
El ministerio de Salud deja la puerta abierta a aquellas comunidades autónomas que quieran atender a los que no están incluidos en ese grupo familiar, siempre que cuenten con presupuestos para ello. Como lo que falta es precisamente eso, dinero, la exclusión de la reproducción asistida a mujeres solas y lesbianas queda prácticamente sentenciada.
Pero la propuesta incluye un apartado que deja al descubierto sus verdaderas intenciones. En el documento enviado a las comunidades autónomas se habla de la condición de estéril. Y aquí Sanidad se pilla los dedos y la sutileza se transforma en certeza…“la esterilidad es la ausencia de consecución de embarazo tras doce meses de relaciones sexuales con coito vaginal sin empleo de métodos anticonceptivos”.
El mensaje no se presta a dudas mujeres solas y lesbianas, abstenerse de la maternidad asistida con dinero público.
Los sectores progresistas, las agrupaciones de gays y lesbianas, consideran que aunque en España se ha avanzado en cuanto a derechos, en la práctica persiste la discriminación y que el anuncio del ministerio español de Salud vulnera la doctrina del tribunal Constitucional que ha avalado el matrimonio entre personas del mismo sexo.
La única salida que queda a estas mujeres que quieren ser madre es recurrir a las clínicas privadas, hasta que la crisis sea superada y las ideologías más conservadoras se tomen un respiro.