14 mar 2013

La herencia que dejó Chávez

“Vengo pidiéndole a Dios su bendición y protección, al Libertador todas sus luces, a nuestro padre redentor Chávez que me de fuerza, sabiduría y que me permita cumplir la orden que me instruyó aquella noche del 8 de diciembre del 2012, cuando dijo que si algo sucedía con su vida aquí en la tierra, nosotros tomáramos su bandera”.

Así habló Nicolás Maduro el 11 de marzo, al inscribir su candidatura para la elección presidencial del 14 de abril. ¿Nuestro padre redentor? ¿Su vida aquí en la tierra? Es el lenguaje litúrgico puesto al servicio del objetivo de atrincherarse en el poder con la ayuda del caudillo muerto. El 12, nuevos homenajes. Dijo Maduro: “Hace una semana ascendió donde está lleno de luz, al lado de su Cristo redentor (…) “Como todo profeta, estuvo adelantado a su tiempo”.

No hay límites en el uso y abuso de la religión para santificar al líder que será embalsamado. “El 14 de abril” -dijo Maduro-, “será domingo de resurrección”. Se ha iniciado, pues, el culto idolátrico a Chávez, calcado del que este desplegó respecto de Bolívar, en cuyo nombre gobernó por 14 años a la manera de un redentor al que supuestamente le estaba todo permitido.

Maduro dice que es hijo de Chávez y que está cumpliendo sus órdenes. “Todos somos Chávez”, es la consigna que repite. ¿Es solo devoción? No, es también cálculo electoral. Los chavistas no se hacen problemas en cuanto a los métodos: si la superstición sirve, ¡pues, seamos supersticiosos!

Cientos de miles de venezolanos han llorado por la muerte de un hombre al que, con o sin razón, consideraban como un nuevo padre de la patria, aunque la soberanía venezolana en estos años ha estado en entredicho a la luz de la desmesurada injerencia del régimen cubano.¿Subsistirá el culto a su figura? No hay cómo saberlo.

Es cierto que en los años de Chávez la pobreza se redujo desde 49,4% en 1999 a 27, 8% en 2010. Pero en noviembre del año pasado, la CEPAL informó que el porcentaje de venezolanos cuyos ingresos no cubrían la canasta familiar subió de 27,8% a 29, 5% entre 2010 y 2011. Lo mismo ocurrió en el caso de la indigencia, que subió de 10,7% a 11,7%. La causa fue la caída de los ingresos reales de la población a causa de la inflación, que se estima que este año llegará a 28%.

Es desastroso el balance de la economía venezolana, que estuvo sujeta a las decisiones arbitrarias de un caudillo convencido de que la renta petrolera autorizaba cualquier desmesura. El déficit fiscal está entre los mayores del mundo, el tipo de cambio está demoliendo el valor de la moneda nacional, se ha incrementado la deuda pública y ha caído la capacidad productiva. Venezuela está entre los países que ocupan los últimos lugares en competitividad internacional y entre los que ocupan los primeros en corrupción.

Chávez expropió más de 1.000 empresas de diverso tamaño, las cuales son un verdadero lastre para el fisco, tal como lo es la enorme burocracia estatal. Como consecuencia de la “revolución bolivariana”, el país que posee las mayores reservas de petróleo del planeta ha dilapidado sus posibilidades de verdadero desarrollo. Chávez usó la caja fiscal como si fuera su cuenta personal y despilfarró los colosales ingresos del petróleo para comprar alianzas y lealtades fuera de Venezuela.

El balance más negativo es el que se refiere a la concentración del poder y la consiguiente degradación de las instituciones. Chávez sometió al poder judicial, politizó a las Fuerzas Armadas y creó una gigantesca maquinaria de propaganda que puso las bases de su propio culto. Bastaba escucharlo para entender que era un hombre embriagado de sí mismo.

La retórica revolucionaria y las invocaciones al socialismo no alcanzan a ocultar la naturaleza autoritaria del chavismo. Se engañan los que lo aplauden “desde la izquierda”.

El caudillismo no tiene nada de progresista, el endiosamiento del jefe es lo más opuesto a los principios republicanos. Se dirá que Chávez ganó varias elecciones, pero no basta; es esencial la forma en que se ejerce el poder.En diciembre de 2007, quiso imponer una fórmula parecida a la cubana y llamó a un referendo que le concedía facultades para reorganizar administrativamente el país, dejaba la propiedad privada al borde de la extinción y establecía su reelección indefinida. Y perdió aquella vez, pese a su control de los medios de comunicación.

El autobombo de quienes gobiernan de modo populista puede aturdir a mucha gente, incluso a la mayoría. De todas maneras, en algún momento hay que pagar las deudas con la sociedad. Al cabo de 14 años de chavismo, los índices de criminalidad de Venezuela están entre los mayores del mundo: sólo en lo que va de este año, ha habido más de 4.500 homicidios.

Lo más probable es que el chavismo gane esta elección, planteada en condiciones de enorme desigualdad para los opositores. Por eso, es encomiable la decisión de Henrique Capriles de aceptar el reto de competir a pesar de todo. Alguien tenía que entregar un mensaje que reivindicara los valores democráticos y ofreciera – si no para hoy, quizás para mañana-, una alternativa que busque superar la lógica de confrontación sectaria que ha encarnado el chavismo con el triste nombre de “socialismo del siglo XXI”.

Chávez no alcanzó a responder por los estragos causados. Sus herederos no podrán hacerse a un lado.

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  • http://profiles.google.com/csr.cuevas Cesar Cuevas

    Es increible, en su mismo comentario Ud. dice que se redujo la pobreza desde 49,4% en 1999 a 27, 8% en 2010, pero le da más importancia a los datos de la CEPAL (¿la misma que decidió hacerse a un lado para medir los indices en Chile?) a la subida en un 1, 7 % ( 27,8% a 29, 5% entre 2010 y 2011) al número de venezolanos cuyos ingresos no alcanzaría a cubrir la canasta. Yo me pregunto ¿Como estamos en Chile? Los ingresos mínimos alcanzan a cubrir la canasta básica. Acaso, el lenguaje que usan nuestros gobernantes es muy distinto al que usan los chavistas? Acaso Venezuela necesita rescate económico como varios paises europeos? Porque no se dice nada del aumento de la pobreza en Alemania, o Italia y los millones de desocupados en España. Ahhh…es más ´fácil ser drástico con nuestros vecinos que con aquellos que se han apropiado de nuestras riquezas y ni siquiera son capaces de invertirlas correctamente para darles buena calidad de vida a sus compatriotas…menos a nosotros… Realmente, no comparto, ni profeso religión alguna y si el lenguaje litúrgico como Ud. llama sirve a alguna causa, al menos que sea a aquella que sirve a propender a la igualdad…cuantos gobiernos hubieron en Venezulea antes de Cháves y no fueron capaces de reducir la pobreza??? Porque no lo hicieron? Pero en realidad no importa porque seguramente hicieron un manejo responsable de la economia a costa del bienestar de la gente. Supongo que Ud. sabe quines ganan con el manejo responsable de la economía, manteniendo niveles macroeconómicos bajos ¿verdad?

  • http://profiles.google.com/csr.cuevas Cesar Cuevas

    Hugo Chávez y la infamia

    Luis Casado – 06/03/2013

    Si fuese necesario probar la infamia y la majadería de la prensa occidental bastaría con citar un par de titulares de hoy.

    El diario financiero Les Échos pone en grandes caracteres: “Chávez redujo las desigualdades al precio de un fracaso económico”. Lo dice un medio al servicio del neoliberalismo que aumentó la pobreza, la miseria y las desigualdades en Europa, al precio de un fracaso económico. ¡Hay que ser caradura!

    El conocido Le Monde –referente del progresismo más ligado a los intereses financieros– titula: “La “revolución bolivariana” privilegió lo social en detrimento de la economía”. ¿Reímos o lloramos? Los gobiernos europeos, socialdemócratas o derechistas, han privilegiado la economía en detrimento de lo social (son gobiernos “serios”, “responsables”, en los que “no tiene cabida el populismo”) y los resultados están a la vista. ¡Tartufos!

    No es Venezuela la que tiene 30 millones de parados: es la Unión Europea. No son los hogares venezolanos los que están endeudados en más del 130% de su salario disponible anual: son los hogares ingleses y españoles. No son los estudiantes venezolanos los que enfrentan gastos de inscripción cada vez más altos: son los estudiantes europeos. No es Venezuela la que se debate con una economía en recesión: es la Unión Europea. No es en Venezuela en donde aumenta brutalmente la pobreza y la miseria: es en Alemania. No es Venezuela la que está en default: es Grecia. No son los bancos venezolanos los que están quebrados y viven del dinero público: es la banca europea. No es Venezuela el país más endeudado del mundo, sino Japón, EEUU, Alemania e Italia. No es Venezuela el país en el que se producen recortes automáticos del presupuesto en razón de una deuda demencial: son los EEUU.

    ¿Hay alguien pidiendo a gritos el rescate financiero de Venezuela? Las regiones que concentran la riqueza planetaria se debaten en un desastre del cual aun no imaginan cómo salir, lo que no es obstáculo para que pretendan darle lecciones a países que, por una vez en la Historia, han preferido a sus pueblos por encima de los intereses financieros de un puñado de privilegiados.

    El diario madrileño El País tiene el descaro de cruzar su primera página con el titular: “La enfermedad derrota a Chávez”. El País quería “derrotar” a Chávez, y como sus atentados a la ética y la deontología periodísticas más elementales no lo lograron, el desprestigiado diario pone a la muerte de su lado. Saramago tenía la excusa de su infinita creatividad literaria y la eximia calidad de su prosa. El diario El País no se apoya sino en la infamia, omitiendo precisar que está al servicio de un imperio financiero, en un país controlado por la corrupción en sus más altas esferas, incluyendo a los partidos de gobierno y a la monarquía. Es verdad que, por el momento, la muerte no ha derrotado al rey cazador de elefantes, ni a los ex presidentes de gobierno bien pagados por las multinacionales.

    No fui un admirador incondicional de Hugo Chávez. Pero siempre supe, como ahora, que bastaba ver quienes eran y son sus enemigos para apoyarlo con todas mis fuerzas. La grandeza de Hugo Chávez también queda en evidencia por contraste con la bajeza de sus opositores. Nacionales o europeos. Estos últimos, queriendo hundirlo lo consagraron. Hugo Chávez debe sonreír en el más allá.

    Finalmente, si fuese necesario probar la genialidad de ese gran dirigente popular, basta con mirar el inmenso vacío que deja su ausencia. Lo vamos a echar de menos. Yo el primero.