Se viven horas cruciales en Europa y las decisiones económico-políticas que se adopten en las próximas horas tendrán repercusión mundial.
Cualquier indefinición no hará más que mantener la incertidumbre y la inestabilidad.
Todo esto en el marco de medidas radicales que afectan a la ciudadanía, que poco o nada tiene que ver con los especuladores financieros.
Reducción del aparato público, pago de menos indemnización en los despidos, venta de empresas del estado, aumento de la edad para jubilar, reducción de los montos de las pensiones, son algunas de las medidas que se han puesto en marcha o que se implementarán de acuerdo a la realidad de cada país.
¿Cuál será el aporte de los grandes capitales? Ninguno. A lo más dejarán de ganar por la contracción de la economía.
Pero el problema puede ser mucho más grave: La canciller alemana advierte que “si el euro cae, Alemania también cae”. Así de claro.
Crear un fondo de financiamiento para las economías al borde de la debacle, es la clave.
Pero la pregunta es quién pone los recursos.Y como los alemanes que cargan el mayor peso de la mochila, están mirando al Fondo Monetario Internacional. Pero el FMI, no presta plata por afectos. Impone medidas a veces extremas, que impactarían mucho más todavía sobre las economías a punto de caer en desgracia.
Una de las fuentes importantes de financiamiento para el ministro alemán de finanzas, Wolfgang Schäuble, sería la aplicación de la tasa Tobin.
La Tasa Tobin es un impuesto a las transacciones financieras. Es decir un tributo sobre el flujo de capitales en el mundo.
Se trata de conseguir “un espacio de cooperación” ha dicho el secretario de estado, y no sería necesario el acuerdo de los Veintisiete. Bastaría con un mínimo de 9 países.
La tasa sería baja. Del 0,1% para penalizar las operaciones especulativas de ida y vuelta a muy corto plazo, entre monedas y no a las inversiones. Eso permitiría recaudar unos 720 mil millones de dólares anuales, según la UNCTAD.
El monto podría distribuirse entre los países que lo recauden y las naciones más pobres del planeta.
En el papel se observa como una excelente idea, pero los ingleses y austriacos, consideran, que de entrar en vigor la tasa Tobin, muchas entidades financieras se mudarían a Estados Unidos o a Islas Caimán. Algo así como sembrar el pánico.
A juicio de los expertos es poco probable que la tasa Tobin, prospere, ya que la supremacía del capital especulativo sobre el capital productivo, se hará sentir con todo tipo de amenazas que ya se escuchan en sordina.
En cualquier caso, la reunión de Bruselas, primero de los 17 líderes de la euro zona y después de los 27 de la Unión Europea, deberán moverse en un terreno muy pantanoso. Lo más probable es que los alemanes impongan sus medidas radicales y los ciudadanos europeos terminen pagando los platos rotos con sudor y lágrimas.
Es aquí donde la clase política tiene la principal responsabilidad.
El resto del mundo, ya saca papel y lápiz. Chile incluido.