Centenares de personas forman filas a la espera de alimentos, frazadas, medicamentos y otras ayudas esenciales para pasar una noche más fuera de sus hogares ante el temor de que vuelvan a repetirse los sismos que han provocado muerte y destrucción en la ciudad de Lorca, en la región española de Murcia. Hasta ahora las cifras oficiales del terremoto cifran en 9 los fallecidos y en unos 300 los heridos, tres de ellos en estado grave.
Mientras los equipos de rescate continúan su trabajo, precintan o apuntalan los edificios en peligro de derrumbes y despejan las calles de los escombros, las autoridades se movilizan para socorrer cuanto antes a los afectados. El objetivo inmediato es que los miles de damnificados duerman esta noche en un lugar seguro. Bomberos, Cruz Roja, unidades adiestradas en catástrofes son los encargados de habilitar carpas para cobijar a los damnificados.
El presidente del gobierno español Rodríguez Zapatero ha prometido facilitar el acceso a todo tipo de ayuda para que las personas que han quedado sin hogar puedan acceder a beneficios y así acometer a la brevedad la reconstrucción de sus viviendas.
La campaña electoral con vistas a los comicios municipales y autonómicos ha sido suspendida. No obstante, los líderes de los principales partidos se han desplazado a Lorca para constatar la magnitud de la tragedia, evaluar los daños y determinar las prioridades para que la reconstrucción llegue lo antes posible.
En nada se diferencia el momento que viven los damnificados del terremoto de Lorca con la situación que hemos vivido en Chile. El pánico, el temor, se apodera de los habitantes de Lorca cuando se producen las replicas- ya se han contabilizado más de cuarenta – y es patente la incertidumbre tras la pérdida de sus viviendas y pertenencias. Aquellos que han perdido a sus familiares no encuentran consuelo para superar el dolor.
Desde 1962 España no era epicentro de un terremoto tan destructor. Los arquitectos han solicitado a las autoridades que se revisen todos los edificios construidos antes del 2002 para constatar si cumplen las normativas de seguridad sísmica.