“Ver lo que se tiene adelante, exige una lucha constante”.
Esta frase de George Orwell, refleja con propiedad lo que sucede en el país. Explica la respuesta de muchos que no quieren ver la fuerza impulsora de los cambios actuales que en nuestro país, sólo se esbozan como reflejos de las transformaciones que comienzan a configurarse de forma global.
La batalla de ustedes, finalmente es profundamente ética y se asienta en la necesidad imperiosa de transformar una realidad que a pesar de sus importantes avances científicos, tecnológicos, y de crecimiento económico, ha contribuido profundamente a una deshumanización radicada en las profundas injusticias sociales que muchos niegan o parecen no ver.
Parece tener razón Marcuse cuando habló del individualismo alienante del “hombre unidimensional”, el que profundamente subsumido en un consumo tecnificado, ha llegado a tener un “encefalograma plano” que le impide “exigir y de gozar cualquier progreso de su espíritu”, que lo conduzca a enriquecer su libertad.
La batalla de ustedes es a favor de la libertad.
Que no los entrampen ni confundan en dividirlos entre “los reformistas y los refundacionales”. Tampoco entre los que quieren “cambios” y los que quieren “revolución”.
La historia, es decir el ser humano, porque el hombre además de materia, es espíritu, tiempo e historia, avanza a veces en grandes cambios cualitativos, donde muchos verán sólo la catástrofe, y no el nuevo futuro mejor que se levanta en el horizonte.
No pierdan de vista que ustedes son parte de la respuesta a la pregunta que se hace el Premio Nobel de Literatura Chino, GaoXingjian, ¿qué puede hacer un pobre individuo frágil frente a la sociedad, a la política, a la sociedad de consumo; frente a la degradación de la naturaleza y la condición que nos rodea? La gran pregunta es cuál es el auténtico valor del individuo y que puede hacer.
Ustedes como personas e individuos valiosos, sí están haciendo algo importante mirando el bien común.
Pero también habla de una respuesta que radicaría en un nuevo pensamiento que deje definitivamente atrás la lógica del mercado y el consumo cómo ejes rectores de la relaciones sociales y culturales, que se deje atrás marxismos y nacionalismos que generaron desolación y muerte en las dictaduras y guerras mundiales, y que también de respuesta al profundo vacío de sentido del pos modernismo actual.
Llama a los intelectuales a pensar críticamente y no dejar las respuestas sólo a los “políticos y los economistas”.
Ustedes han tomado el lugar de los que se niegan a moverse. De los intelectuales del silencio y de los políticos y poderosos que sólo ven “en cada cambio social un paso hacia una revolución” donde el mundo se (les) cae a pedazos.
Ustedes no sólo piensen en un mundo mejor, sigan luchando de hecho para que esto sea posible.
¡Que no los detengan los grupos fácticos ni los temerosos disfrazados de prudencia extrema, frente a los riesgos, resistencias, incertidumbres y grados de desorden que siempre traen los grandes cambios.
¡Les llegó la hora!
Ustedes (en el mundo), son hoy el tiempo y la historia.
¡Compórtense a la altura de los desafíos con coraje y responsabilidad! Y con la pasión que hace que los sueños sean posibles.
Buena suerte, que los que creemos en los necesarios cambios trans fundacionales y revolucionarios pacíficos, que comparten una nueva visión eco sistémica, crítica creativa y ética centrada en la esperanza del futuro, con nuestros hijos y familias los estamos mirando con atención.
Que les vaya bien en esta épica aventura plena de utopías y realidades.