26 mar 2014

Advmayaiñ epurume kimun kimcegeal

“Aprendamos de las dos culturas para ser una persona sabia.”

Chile es un país diverso, multicultural y claramente distinto en cada una de sus regiones. Cada escuela, cada municipio, cada estudiante y cada familia mapean una diversidad rica y compleja.

Pero a veces los grandes números se olvidan de las particularidades, de los detalles que hacen la diferencia a la hora de establecer políticas públicas desde Santiago. Y dicen que culturas distintas rara vez convivirán si ambas no están dispuestas a dialogar y a aprender mutuamente, a conocerse, aceptarse. Lo penoso es que Chile sigue siendo un ejemplo de cómo no abordar la diversidad.

En el contexto del trabajo que está haciendo el Centro de Liderazgo Educativo de Educación 2020 en 7 liceos técnico profesionales en la región de La Araucanía, nos topamos con escuelas que cuentan con un 80% o 90% de estudiantes de origen mapuche.

Es conocido que es en estas zonas donde más se resiente el uso de pruebas estandarizadas como el SIMCE. Cómo no, si no toma en cuenta la realidad de cada comuna, de cada estudiante, su contexto cultural o los contextos de cada escuela.

Un ejemplo,cuentan los profesores que cuando se pregunta a los niños en este tipo de pruebas cuántas ovejas quedan en un corral de 4 ovejas si una se escapa, ellos no responden que 3 (como respondería cualquier capitalino que ovejas sólo ha visto en la televisión), ellos manifiestan que ninguna, porque saben –y lo han visto– que cuando una oveja sale del corral, las otras la siguen y salen todas.

Esa es la realidad que no logra captar un test estandarizado, es la realidad que no toca la política pública centralista, es la realidad que escapa a nuestra mirada por esquivar el diálogo, la participación y el aplicar soluciones mágicas a una totalidad que no es homogénea, sino totalmente diversa.

¿Qué tiene esto que ver con todo lo que se conversa hoy en día sobre educación?Mucho. En el proceso de desmunicipalización, por ejemplo, si no toma en cuenta la diversidad que posee cada comuna en el país, podría terminar sepultando a la Educación Pública.

Un proceso que no tome en cuenta la competencia insufrible que viven los liceos municipales, que cada año tienen que salir a buscar la matrícula que los hará subsistir, que tienen que arrastrarse porque, a veces, como lo vivimos en la región de La Araucanía, los colegios particulares subvencionados regalan sacos de harina o incluso dinero a las familias para rellenar sus cupos; un proceso que no tome en cuenta la realidad de liceos que reciben un 50% de los estudiantes que vienen del campo, será un proceso que podría terminar por no fortalecer, sino debilitar aún más la actual educación municipal.

Pero la desmunicipalización está lejos de ser el único desafío. En contextos vulnerables, en contextos en los que se vive la realidad de la multiculturalidad o en otros donde la educación técnico profesional es la única alternativa, cualquier política pública estandarizada pasa por alto no sólo pequeños grandes números, sino realidades.

Hoy por hoy, la mejora de las escuelas se juega en el ambiente de aprendizaje, en la incontestable realidad de que con frío no se aprende bien, en que si los apoderados y los profesores no están involucrados en el proceso de aprendizaje de los estudiantes la escuela difícilmente podrá generar un espacio formativo o en que si no tenemos docentes formados que puedan preparar sus clases y que reciban un sueldo digno, jamás podrán enfrentarse a la diversidad de sus estudiantes y hacer que ellos aprendan.

Menos aún si lo que se les exige es rendir para una prueba como el SIMCE que nada de información les otorga sobre cómo enfrentarse a la diversidad de sus estudiantes.

De hecho, si usted relee el título de esta columna, que le hace un guiño especial a la necesaria interculturalidad que necesita nuestra educación, debería ya entender que esto no solamente de trata del encuentro entre culturas solamente.

Se trata de que cada realidad, cada escuela, cada estudiante posee una realidad distinta. Y ser sabio en las políticas públicas significa tener la disposición a dialogar con las distintas realidades a las que se enfrentan hoy nuestros procesos de enseñanza formal.

¿Las políticas públicas no pueden hacerse pensando en cada niño o niña de cada rincón del país?Pues claro que se puede.No con centralismo,pero sí con la necesaria apertura a aprender del otro.

Sí con el necesario foco que hay que poner en la formación de docentes capaces de enfrentar la diversidad y responder ante ella en un ambiente digno de trabajo, que permita hacer la titánica tarea de enseñar a una diversidad tan grande como aquella que recorre cada rincón de Chile. ¡Ya nos viéramos nosotros ante semejante desafío!

¿Qué podemos hacer? En primer lugar, fijarse en cada reforma en los pequeños grandes números, en la necesidad de abordar local y participativamente los grandes cambios.

En segundo lugar, no poner la mirada solamente en lo local, sino también en la necesaria participación de la comunidad educativa (directivos, profesores, estudiantes, asistentes de la educación y apoderados) en la elaboración de los proyectos de la escuela y en la generación de un espacio digno de trabajo.

En tercer lugar, poner al profesor, su formación para la diversidad, y el ambiente de aprendizaje y de trabajo en el centro de la tarea educativa.

Todo esto no quiere decir que no haya que luchar por lograr un sistema que no se base en los lineamientos del libre mercado.

Significa preocuparse por aquello que el mercado no atiende: por la diversidad, por un espacio de trabajo digno, por la participación, por encontrar en el detalle la gran diferencia.

Sólo en un contexto así puedo imaginarme que el título de esta columna tenga sentido, es decir, que en el contexto de la multiculturalidad y la diversidad sepamos que la sabiduría está en poder aprender del otro y entender al otro.

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  • Jorge

    Gracias por compartir la columna. Comparto completamente el argumento de que no considerar, si no tambien aprender de la diversidad.

  • Bibiana Rodríguez

    Totalmente de acuerdo contigo Carlos, sólo agregaría un par de elementos para seguir en la conversa, primero, que debiéramos avanzar de la multiculturalidad (que es un dato de realidad), a la interculturalidad (como horizonte deseado), y que para ello es estrategia fundamental e ineludible apuntar al marco curricular vigente, por cuanto es éste EL aparato de gestión cultural del Estado, y su sello es claramente monoculturalista; agregaría, además, el tema de la formación inicial docente que, hoy por hoy, invisibiliza el tema. Sólo existen experiencias aisladas de formación en pedagogía intercultural, orientada a profesores que trabajarán con comunidades de ascendencia indígena, es decir, dirigida a habilitar en doble registro cultural a l@s niñ@s de estas etnias para facilitar su “integración social” unidireccionalmente, esto es, sin que la sociedad mayoritaria (o mayorizada?) haga gesto ni movimiento alguno al respecto…lo cual nada tiene que ver con el encuentro de culturas, ni con el mutuo aprendizaje!

  • Bibiana Rodríguez

    Comparto plenamente tu columna Carlos, agregaría un trío de elementos sólo para seguir con la conversa: primero, que hay que avanzar de la multiculturalidad (como dato de realidad de culturas que no interactúan) a la interculturalidad (como horizonte deseado de culturas en diálogo); segundo, que este tránsito exige mirar el marco curricular vigente, en tanto éste juega el rol de aparato de gestión (y reproducción) cultural de un Estado monoculturalista; y tercero, que es imprescindible introducir este tema (invisibilizado hoy) en la formación inicial docente, al respecto sólo contamos con experiencias aisladas de formación en pedagogía intercultural, orientada a profesores que trabajarán con comunidades de ascendencia indígena, con miras a que l@s niñ@s se habiliten en un doble registro cultural, que facilite su integración social… unidireccionalmente! sin gestos ni movimiento alguno de la sociedad mayoritaria (o mayorizada?)!! esto nada tiene que ver con el encuentro ni con el mutuo aprendizaje…

  • Francisco

    Interesante elemento para contribuir a la discusión sobre las distintas reformas que se están analizando.
    Me gustaría agregar un par de cosas para complementar. Todo el argumento detrás de la columna tiene un implícito: ¿cómo la política pública puede dinamizar y no obstaculizar u omitir la diversidad? Históricamente en nuestro país hemos carecido de un enfoque territorial de las políticas y más bien lo que existe es un enfoque sectorial que, entre muchas cosas (como la dispersión y duplicación de iniciativas) no logra auscultar la diversidad cultural y social. El carácter de las políticas públicas sofoca las realidades particulares en lineamientos generales que se convierten en dogma y no en referencias. Este es un problema complejo de abordar puesto que el límite entre una política que promueve y otra que impide el desarrollo de las personas es muy sutil. Se requieren políticas nacionales que establezcan lineamientos y objetivos que puedan conducir los acuerdos en distintas materias; ahora bien, dichas políticas, para que resulten efectivas, requieren portar una legitimidad sustantiva y no meramente instrumental. La diversidad subyacente en toda localidad intercultural debe emerger, fluir y potenciarse por medio de su propia capacidad. No es posible pedirle a las políticas nacionales que promuevan esto. Ese espacio, ese momento es de exclusiva “introspección territorial”.
    Un segundo punto dice relación con el proceso de descentralización del país. Este proceso puede quedar en nada si no se potencian las capacidades locales de los territorios. Se puede incluso descentralizar administrativa, política y financieramente, sin embargo, esto no implica necesariamente un desarrollo endógeno exitoso. Aquí es preciso involucrar a los actores regionales y locales en estos procesos, así como también en la elaboración y puesta en práctica de las estrategias regionales de desarrollo. Y en ese momento los docentes resultan un actor del desarrollo fundamental. Por último, para que la diversidad se realice en todos sus aspectos es fundamental que el diálogo sea a través de procesos de reconocimiento y no meramente de “tolerancia” (la cual termina siendo represiva). Dicho reconocimiento tiene su origen en las formas que adquiere la asociatividad, relaciones sociales y confianza en un territorio. Estas variables son fundamentales para aquella expectativa.

    • Nina Gabriela Sepulveda

      Francisco, comparto plenamente tu opinión. La centralización y carencia de un enfoque territorial es un problema histórico en las políticas públicas no solo en materia de educación sino también en trabajo , vivienda , cultura, agro, etc.
      Asimismo, el carácter de “bolsa de empleo” que adquieren las instituciones publicas en cada cambio de gobierno que hace que no necesariamente queden las personas más competente so siquiera interesadas por los temas que dirigirán , asi como el paradigma de la “tabula rasa” ( sacar a gente, eliminar programas e inventar la rueda todos los años para terminar haciendo política pública con suerte los 2 años del medio y preocuparse de dónde quedar parado el ultimo año) como medida rápida de legitimización mediática de los nuevos personeros que crean programas e instituciones sin una mirada a mediano y largo plazo, son vicios que no contribuyen a los cambios necesarios desde la política pública que debe tener una visión , un proyecto a mediano y largo plazo. Este gobierno en este sentido tiene 4 años para “sacarse los pillos” con bonos y medidas parche que llenen de titulares los medios de comunicación y de hitos comunicacionales su gestión, que no conducirán a los cambios con los que no están realmente interesadosni en condiciones de lograr como gratuidad y calidad y qué decir una educación realmente inclusiva.

    • Carlos Figueroa

      Suscribo en un 100% tus dos comentarios. Especialmente en el segundo, que es la condición de posibilidad para que se pueda desarrollar una política basada en las distintas realidades locales, culturales y sociales.

  • RuizMnica

    Excelente aporte a la educación . Conocimiento de lo nuestro , potenciar la sociedad sea donde sea el lugar en donde vive. Que se saca en limpio de aquellas pasantías a países tan distintos al nuestro en donde la educación camina por senderos fructíferos y con la tranquilidad que se merece la educación de un país . Nosotros los copiadores número uno , estamos más desconcertados que nunca perdidos de tanto copiar modelos y no somos capaces de reconocer nuestras diversidades que son las que debiéramos manejar para comprender el camino directo hacia el buen éxito de nuestra educación .. Comparto todos los comentarios como anillo al dedo , Muy buen diálogo escrito , Personas como ustedes necesitamos que estuviesen presente en la gran problemática de la educación Chilena . Bravo.