02 feb 2014

Educación ¿de calidad?

Todos piden educación gratuita y de calidad. Gratuidad no significa nada, ya que deben pagarse profesores, luz, agua, gas, etc. y alguien debe hacerlo,¿ pero quién?, ¿cómo?, ¿a quién?, ¿en qué condiciones, se paga?

La connotación “de calidad” es igualmente vacía.¿Qué significa? ¿Cómo se logra?¿Quién la da? ¿Basta con invertir más plata?¿Qué es educación?

Hay, en Chile dos modelos de educación, 1) inducir la autonomía intelectual, moral, estética y espiritual y 2) capacitación profesional para trabajar en o dirigir empresas. Los chilenos tenemos que elegir por plebiscito o por una nueva Constitución qué modelo queremos.

Independiente del modelo debe ser de calidad. Tomemos Enseñanza Media de calidad para empezar ¿cuál es el paso crítico para ella? Los profesores, que deben ser de calidad ¿cómo se forman?

En un programa universitario de calidad ¿cómo se garantiza este? Con académicos de calidad. ¿Cómo se forman los académicos de calidad? En un programa de formación y de carrera académica de calidad, calidad que implica competitividad universal.

Llegamos al tope de la calidad. Sólo una carrera académica exigente con competitividad universal puede garantizar una educación de calidad en Chile.

Las Universidades tradicionales existentes antes de la dictadura militar tenían y tienen carrera académica normada aceptablemente equivalente, aunque los planteles actuales aún de las estatales pueden no calificar en algún ítem.

La dictadura militar destruyó la carrera académica y permitió a cada universidad nombrar a quién quisiera, llegando a aberraciones gravísimas como nombrar a profesores de liceo como titulares universitarios o a médicos de la clínica que compró como académicos de medicina.

Acciones que son usurpaciones de cargo, estafas a los alumnos (no son académicos los que hacen la docencia) y ejercicio ilegal de la profesión (ser académico es una profesión, es una especialidad).

Es urgente reconstituir la Carrera Académica en Chile comparable a cualquier país del mundo, con el Escalafón Académico Nacional que fije salarios transparentes y reajustables como los de todo el Estado de Chile.

Salarios que pueden tasarse actualmente con un mínimo de 2 y máximo de 4 millones de pesos mensuales con los que puede solventarse una carrera académica normal, considerando que no hay gastos por parte del académico para su quehacer en la universidad.

Esta es la única manera de recuperar la calidad de la educación en Chile. Las Universidades deben acreditarse, en primer lugar por el crédito de sus académicos en las jerarquías académicas necesarias.

Así, si la carrera de medicina tiene 32 asignaturas, cada facultad de medicina tiene que tener al menos 32 profesores titulares o asociados (las dos más altas jerarquías académicas) radicados con jornadas completas en esa facultad.

Con el Escalafón Académico de Chile se soluciona en la mayor parte el pago por el Estado de la educación universitaria (gratuidad), la calidad de la educación, la acreditación universitaria y el desarrollo académico.

El proceso es directo, si el Estado de Chile tiene universidades en el país suficientes para formar los universitarios que necesita, pagando los salarios, los reajustes, el funcionamiento básico de docencia, investigación y extensión, no tan sólo se abarataría la educación sino que se podría integrar a lo largo de Chile y aprovechar al máximo todos los recursos académicos del Estado y los de infraestructura para realizar las prácticas (hospitales, minería, construcciones y empresas del Estado, más algunas privadas).

Tomemos medicina una de las profesiones más caras. Con una tasa de nacimiento que se ha mantenido cerca de 240.000 anual (ahora es menos) bastan 600 médicos al año para ir a una relación de un médico por 400 habitantes, (mundialmente aceptable) en pocos años  permite la formación de los especialistas necesarios.

Las universidades estatales actualmente forman a ese número de médicos, es cosa de implementar mejor los hospitales y laboratorios que se necesitan y exigir una carrera académica competitiva.

La carrera dura 7 años por lo que implica en plaza 4.200 estudiantes anuales, con repitentes 5.000. Calculemos su costo anual en dólares USA, como U$7.000 (realistamente); cuesta a Chile entonces U$ 35 millones anuales la formación médica que Chile necesita.

Si el número de académicos a jornada completa que se necesita para esto son 600 (uno por alumno, buena relación) a $ 3 millones es decir U$ 6.000 mensuales o U$72.000 anuales, se tiene en salarios académicos U$43.2 millones anuales, pero aquí está incluido el tiempo académico para docencia, creación y extensión.

Agreguemos el funcionamiento básico académico que puede ser 25% (U$ 12 millones) y los gastos de administración y gestión 50% (U$ 20 millones) y tenemos un total de U$ 75.2 millones para cubrir todas las necesidades académicas en la formación de 600 médicos anuales.

La formación de especialistas es casi el doble más cara pero son tres años solamente luego deberíamos agregar otros 600 médicos académicos a jornada completa es decir U$43.2 millones, un total de U$118.4 millones anuales.

Si tomamos todas las carreras de una universidad podemos usar la relación de la Universidad de Chile (no tiene pedagogías) en que es cuatro o cinco veces mayor que la Facultad de Medicina, más las pedagogías y multiplicando por 6 tenemos un gasto anual de U$710.4 millones.

Perfectamente posible sin cambiar el régimen tributario. Pero esto sería, calculando por cada estudiante de medicina incluido pos grado y pos título 20 alumnos de otras carreras (que no necesitan laboratorios de investigación complejos ni instalaciones médicas caras) un total de 24.000 estudiantes anuales lo que es el 10% de los nacidos.

Chile no necesita más que ese 10% de universitarios, un 30% sería técnico profesional (que debería tener un componente estatal importante) y el 60 % trabajadores manuales, campesinos, trabajadores del comercio y otros que sólo necesitan capacitación laboral (también parcialmente dada por el Estado) no universitaria ni técnica.

Debe notarse que se está pagando a 6.000 académicos de jornada completa (U$ 432 millones), suficiente para las necesidades de formación universitaria en Chile.

Queda un espacio enorme para que el privado si quiere dar educación universitaria, técnica-profesional y laboral lo haga y con todo el lucro que desee, pero sin un peso del Estado.

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  • Jeannette

    Muy interesante. Felicitaciones. Ojala comience luego la educación universitaria gratuita. Yo con 2 hijos en la universidad , pagando las 2 universidades sin beca, y departamento, locomoción y comida no hay bolsillo que aguante…

  • RuizMnica

    Bien dicho ,.exacto . Hay que destacar que la carera docente quedó en el pasado la derrumbaron. Ahora se venden post títulos sobre todo magíster a diestra y siniestra se compra el producto y listo adentro … contratado por las universidades .. Los concursos se fueron parece para no volver se ingresa a la carrera docente sin experiencia … el magíster suple a un académico cuya experiencia podría ser de un gran aporte para una carrera determinada. No puede ser que un académico universitario en el caso de ser maestro de enseñanza media no tenga ni siquiera un año de experiencia en aula haciendo clases . Desde luego eso desarticula todo el proceso educacional , y se produce un desorden en materia de profesores que llegan como académicos a las Ues. Los magíster han pasado por encima de todo el proceso educativo normal y concreto . Al final de cuentas los ´profesores quedan colgando de un sistema que los anula en su esencia que es el ser Maestros antes de ser académicos , muestran un cartón de Magíster sin ejercicio de la profesión propiamente tal . Ese ha sido la mejor manera de ejercer el lucro en estos 40 años en donde la calamidad entró a la educación Chilena..

  • Eduardo Castro

    Muy buena nota, pero lo triste que en estos proximos 4 años eso no sucedera, no al menos con la actual constitución y el mismo sistema electoral y finansiación de campañas con plata de los empresarios.

  • RuizMnica

    Pero no hay que perder el ánimo. El tiempo vuela sí por lo mismo hay que seguir insistiendo hasta que se logre . No tenemos porqué ser el único país latino americano que posee una educación tan cara, en donde la desigualdad se manifiesta desde la más temprana edad de los jóvenes ciudadanos del mañana . El sistema educacional que existe ha castigado muy fuertemente a los hijos de Chile . A no desanimarse … seguir perseverando … tendrán que llegar a entender que Chile no desea más educación cuya calamidad ya se ha manifestado en todos los tonos. Es el porvenir de un País que debe demostrar firmeza , y eso lo da una buena educación .Levantar la voz , expresase todos, por una educación que Chile merece .

  • Javier Neira San Martin

    Soy Maestro de escuela desde hace 33 años. He trabajado en Educación Carcelaria, Colegios Privados, Subvencionados y mayoritariamente en Escuelas Municipales tanto rurales como urbanas en Chillán y La Ligua. Los distintos gobiernos o Ministerios de Educación permanentemente están planteando cambios en los Planes y Programas, generalmente muy amplios y ambiciosos pues difícilmente se logran completar porque las variables, sobre todo sociales y específicamente realidades familiares no permiten avanzar con la rapidez que las autoridades, desde sus escritorios, exigen. La población estudiantil es heterogénea y a menor nivel socioeconómico, desgraciadamente se hace más compleja la labor de encantamiento hacia la aprehensión de nuevos aprendizajes. En general, los docentes son comprometidos con su trabajo, sobreponiéndose, incluso a su propia escuálida economía. Creo que año a año, semestre a semestre todos nos preguntamos qué y cómo superar las carencias de los niños y niñas y del cómo evitar la creciente agresividad y bajo interés por cumplir con sus responsabilidades, más aún cuando la familia, por diversos factores, no está dispuesta a involucrarse en el proceso formativo de sus hijos. No somos máquinas que se reprogramen o adquieran tecnologías para cambiar el paradigma de la “mala educación”. Creo que el enfoque está mal centrado y es deber del Estado estudiar las variables que están influyendo y que, según mi opinión, rebasan las competencias de los docentes que sí tienen interés por aportar positivamente (No somos ganapanes) en colaborar en el mejoramiento de nuestra vilipendiada calidad docente.