Cuando hablamos de delitos corporativos en una empresa mediana o pequeña, como cohecho o lavado de activos, siempre se piensa “esto no pasa en una Pyme” o “este tipo de problema no ocurre en estas empresas…pasa solo en las grandes”.
Pero no es así, este tipo de delitos puede ocurrir en todo tipo de compañías, la diferencia es que en las grandes empresas nos enteramos por los medios y de lo que sucede en las Pymes nada se sabe.
Para una gran empresa tener controles pasa a ser prácticamente una obligación, porque es la única forma que tiene el directorio de demostrar que cumplen con su deber de supervisión y dirección, predicando con el ejemplo, capacitando a sus colaboradores sobre “lo que no se puede hacer” y entregándoles herramientas, seguridad y confianza para que hablen en caso de que detecten anomalías en la gestión.
En las Pymes, en tanto, es mucho más fácil prevenir, ya que sus dueños o administradores tienen un contacto mucho más directo con sus colaboradores, cuentan con un menor número de empleados, lo que hace más fácil supervisar su buen comportamiento, además de transmitirles el compromiso de no caer en ese tipo de situaciones.
Hace unas semanas cuando dictaba una charla a pequeñas y medianas empresarias decían: “imposible que nosotras cometamos actos de corrupción”; pero no se trata de eso, no se trata que el dueño lo haga, sino de qué estamos haciendo nosotros para educar a nuestros empleados, a nuestros proveedores, a todos nuestros stakeholders, de lo que se puede o no se puede hacer.
Una de las emprendedoras levantó la mano diciendo que a ella “le habían pedido plata de la municipalidad para poder obtener el permiso, y que si no pagaba le hacían la vida imposible”…y así nos podemos encontrar con miles de casos que no conocemos, que no salen a la luz porque son “chicos”, pero que dañan a la sociedad.
Hoy en día, la sociedad está mucho más informada, exigiendo sus derechos y reconociendo el bien y el mal en las acciones de sus representantes y de las diferentes empresas de nuestro país. Por lo mismo, hay que avanzar en este tema y conseguir que las pymes sean parte de una “nueva era”, en la que la transparencia será la base fundamental para ellas.
Para esto es necesario que implementen buenas prácticas corporativas, ya que cuando hablamos de delitos corporativos, cohecho, lavado de activos, entre otros, se debe tener presente que es algo que pasa tanto a las grandes empresas, como en las Pymes.
Las pequeñas y medianas empresas deben comenzar a implementar sus modelos y/o adaptar sus políticas acorde a la realidad de cada una, preparándose para el crecimiento y para las exigencias que les impone el mercado.
Es necesario que los dueños o administradores de las pymes adquieran un compromiso real, ejecutando todas las medidas necesarias para prevenir y desempeñar sus funciones de manera proba, en forma inteligente y efectiva, para evitar situaciones que afecten su imagen corporativa.