Hace algunos días me encontraba caminando por la Vega Central, lugar que disfruto plenamente recorrer, cuando de pronto, vi un cartel que contenía una frase que llamó mucho mi atención. El escrito decía: “Qué sería de los políticos y la Iglesia si no existiera la pobreza”.
Debo confesar que busqué sin éxito al autor de la cita, puesto que da pie a una inevitable reflexión con respecto al tema, esto, considerando que hace poco tiempo las cifras entregadas por la Encuesta Casen, revelaban que hubo una reducción en los niveles de pobreza de nuestro país.
Cuando supe las cifras que arrojó esta medición, claramente me dio una satisfacción, ya que siempre será positivo saber que se está avanzando en estas materias. Pero como no todo tiene que ser tan bueno, debo confesar que encontré una gran bajeza el “choque” que hubo entre las dos principales corrientes políticas de nuestro país, puesto que pese a ser esto un avance a nivel nacional, los índices se transformaron en una trinchera que enfrentaba a ambas partes con el objetivo de adjudicarse el éxito obtenido.
Creo que ante este escenario muchas personas podrán decir que también hay otro tipo de “pobreza” que no incluye esta Encuesta. Yo me pregunto qué pensarán realmente quienes se encuentran en situación calle al saber que su figura es considerada casi un trofeo por quienes se preocupan de desarrollar políticas que contribuyan a la disminución de la pobreza en Chile.
Yo me pregunto si los avances que vemos en esta materia son porque esto es realmente una preocupación para los encargados o porque ven en esta situación un elemento clave para ganar popularidad y confianza.
Pese a lo planteado, destaco positivamente el carácter multidimensional de la Encuesta Casen al incluir factores tales como salud, educación, vivienda, ya que son esenciales para hacer un trabajo más esquemático que no sólo contribuya a mejorar el nivel de ingresos, pues hay otros elementos que son un derecho y a los cuales – pese a estar en el siglo XXI – no todos puede tener acceso.
Si queremos disminuir la pobreza, hagámoslo de la mano con la igualdad de oportunidades, ya que la brechas entre ingresos en nuestro país siguen aumentando, sólo algunos pueden estudiar y sólo algunos pueden optar a un sistema de salud digno.
Volviendo a lo planteado en el inicio. Los invito a responder la pregunta que representa creo el pensamiento de muchos ante diversos temas sociales. ¿Qué harían los políticos y la Iglesia si no existieran los pobres? Si no tiene la respuesta clara, por lo menos ya sabe que ambos sectores se evitarían al menos una pelea por ver quién es el “héroe” de esta situación.