Esta es la 5ta agenda público-privada para el desarrollo económico que hace el país en las últimas tres décadas.Todas las anteriores murieron sin pena ni gloria al cabo del gobierno que las inició. Se gastaron los recursos, pero ninguna autoridad dio cuenta al país del impacto logrado con la inversión realizada y las medidas implementadas.
La falla común de las agendas anteriores es que han sido un conjunto de medidas acordadas por el gobierno de turno ante sí o con el concurso del sector privado, en las que se trata de integrar voluntariosamente a instituciones que no tienen entre si ninguna relación de dependencia, por ende no hay autoridad que pueda realmente dar cuenta al país del avance ni de la eficiencia del uso de los recursos, sino sólo para hacer los anuncios.
No es posible diseñar, implementar, corregir y evaluar los resultados de un programa en 4 años. Por ello, mientras no haya una institucionalidad de Estado de largo plazo (y no solo del gobierno de turno) es difícil tener expectativas altas.
En el Gobierno anterior de la Presidenta Bachelet se anunciaron 10 programas similares en el ámbito de fomento productivo, innovación y PyME, que paso a enumerar, con el número de medidas que contenía cada uno de ellos, entre paréntesis.
“Programa de Gobierno 2006 – 2010” (6), “Plan primeros 100 días” (6), “Pacto Pyme” (27), “Mensaje Presidencial” del 2006 (5), Plan de Emprendimiento (72), Plan Chile Compite(15), Compromiso Chile Emprende Contigo(21), más tres programas de Medidas de Apoyo a la Crisis (20). Un total de 172 medidas.
Es difícil evaluar la pertinencia del nuevo paquete de medidas sin conocer si las anteriores se ejecutaron, si se evaluaron y cuál fue el beneficio producido por ellas.En términos agregados parece que el impacto no fue mucho, el diagnóstico de los problemas de la PyME, la innovación y el emprendimiento parece no haber cambiado demasiado.
Dado esa proliferación de medidas es difícil ser muy entusiasta con la nueva lista anunciada, por muy ingeniosa y comprometida que sea. Cuesta creer que “AHORA SI” se eliminarán las barreras a la competitividad de las pequeñas empresas. No parece posible resolver los nudos estructurales que afectan al emprendimiento, la innovación y la PyME en Chile si no se les enfrenta con estrategias de Estado, en vez de productos del gobierno de turno.
La nueva Agenda anunciada podría pasar sin pena ni gloria si no se le agregan 5 elementos.
a) La fuerza política para proponer un rediseño de la institucionalidad pública que atiende al sector: integrar, aunque sea parcialmente, la fronda institucional de 9 ministerios y cerca de 30 instituciones independientes y sus presupuestos; lograr que al menos presupuestariamente dependan todas ellas de una autoridad que da cuenta al país de la situación de la PyME en términos de empleo, exportaciones, productividad, regionalización, competitividad, aporte al PIB.
b) Focalización de los programas e instrumentos en segmentos homogéneos regionales y sectoriales de empresas.
c) Evaluación y estudio de impacto independiente de instrumentos y programas.
d) Eliminación de los lomos de toro para las PyME y el emprendimiento que existen en la institucionalidad y normativa productiva del país.
e) Fortalecimiento de los gremios de PyME y emprendedores. Las cúpulas empresariales suelen influir en las decisiones del país muchísimo más que el PIB que generan. Por el contrario los gremios de PyME tienen un peso casi insignificante si se compara con el 70% del empleo que proveen, por ello es necesario apoyar a los gremios para que la mirada de la PyME sea escuchada y tomada en consideración.
Ninguna de estas medidas requiere una gran cantidad de recursos adicionales, incluso pueden liberar recursos, pero requieren de una tremenda voluntad política y de mucha pericia gubernativa para ser implementadas.
Si no hacemos lo anterior, es muy probable que el próximo gobierno también diseñe su propia Agenda de Productividad y así sucesivamente los gobiernos que vengan, sin cambiar esencialmente las condiciones que frenan e impiden la productividad y competitividad de la PyME y que de paso inciden negativamente sobre la vulnerabilidad del 70% del empleo que ofrecen.
Se debe recordar que hoy en día existen más de 200 instrumentos de fomento productivo para las PyME, y cerca de 50 beneficios e incentivos tributarios y que hay más de 500.000 empresas que tienen 5, o menos trabajadores.¿Cuántas empresas logran informarse y tener acceso a cada uno esos instrumentos? Lo que se necesita son menos instrumentos que sean más flexibles a las necesidades de las PyME atendidas.
El anuncio de la creación de 50 Centros de Desarrollo Empresarial parece ir en la dirección correcta. Habría que aclarar si son 50 Centros adicionales a los creados en el gobierno que recién termina o corresponden a un nuevo tipo de Centros de Desarrollo Empresarial. Si ese es el caso se debería aclarar cuál es el destino de los ya existentes, que a nivel de anuncio se ven muy similares.
Algunas de las medidas de apoyo financiero requieren ser profundizadas o reevaluadas.
Capitalización de BancoEstado. No obstante su espectacular desarrollo en el área de microempresas, el BancoEstado es hoy en día prácticamente un monopolio del microcrédito, lo que ha inhibido el desarrollo de esa industria, lo que no es bueno en el mediano y largo plazo para las microempresas. No sería conveniente que avance en convertirse además en un monopolio de crédito a la PyME.
Sería mucho mejor para la industria que el BancoEstado pase a cumplir un rol de segundo o tercer piso, que utiliza incentivos bien diseñados para promover el desarrollo del mercado financiero a la MiPyME.
Fondo de Garantía Pequeños Empresarios. No es suficiente aumentar el capital del FOGAPE, también se deben corregir las deficiencias que han demostrado estudios independientes en que la gran mayoría de las operaciones van solo a las más grandes de las PyME, se duplican garantías (los bancos le solicitan al empresario garantías adicionales a las que da el Estado, encareciendo innecesariamente el crédito), los bancos usan al FOGAPE sólo para respaldar sus operaciones más riesgosas, etc.)
Banca Mujer Emprendedora. Aunque en muchas materias el sesgo de género corrige errores, no está demostrado que haya una discriminación contra las mujeres en la otorgación de microcréditos; su presencia en ese mercado es mayoritaria.
Aunque las medidas van encaminadas a fortalecer a la PyME, no es bueno seguir fijando la vista solo en los próximos 3-4 años. El 70% del empleo requiere propuestas perdurables y de Estado.