Cuando estábamos en la planta donde se fabricaban las ollas Fantuzzi, una de las cosas que más me ha llamado la atención como empresario, fue haber introducido un espacio de opinión entre los mismos trabajadores, para que pudieran realizar reflexiones de su propia labor, lo cual fue una explosión de creatividad, algunos tenían ideas de cómo mejorar el procedimiento productivo, otros querían implementar nuevas medidas de seguridad.
Desde ahí fuimos un solo equipo caminando en la misma dirección, el aporte siempre es positivo y ayuda a crecer.
Nuestra cultura empresarial es tener al trabajador controlado y que cumpla lo que se le pidió al “pie de la letra”, es como poner un condón en la cabeza de un trabajador, pero hemos empezado a darnos cuenta que si sacamos esa barrera de control, dejando pensar y que fluya la creatividad de nuestros colaboradores, podemos ver grandes resultados y soluciones a problemas, que muchas veces son más simple de la que creemos.
Claramente lo que estoy diciendo ya no es “innovador” en los países desarrollados, a fines de los 80 y principios de los 90 se empezó a implementar el llamado “círculo de calidad”, donde los colaboradores opinaban sobre los procesos productivos y áreas de trabajo, con el fin de encontrar mejoras a corto y largo plazo.
Actualmente nuestro país no se ha quedado atrás, ya que algunas empresas, tanto grandes como medianas, han adoptado este modelo de participación. El impacto que tienen es realmente positivo, ya que el trabajador se siente partícipe de un proyecto junto a un equipo y además es confortante que las opiniones sean aplicadas de cierta forma.
A pesar de estas inclusiones que hay en algunas corporaciones, como país nos falta.Recordemos que Chile se ubica en el puesto 46 del índice global de innovación, quedando segundos a nivel regional, después de Costa Rica.
Como empresario estoy absolutamente convencido de que tenemos que dejar los espacios para que fluya la creatividad de las personas y ayudando a que esa idea se convierta en un proyecto naciente.
Albert Einstein, citó en una ocasión que “mis ideas son parte de mi locura”, por eso quiero seguir el ejemplo de uno de los grandes científicos de la historia, para que este 2014 sea el año de la creatividad y que todos juntos “peinemos la muñeca” para que esas ideas que se encuentran ocultas, salgan para ser compartidas. Quién sabes si tenemos al próximo Einstein en Chile.