Recuerdo perfectamente cuando en mayo de 1981 entró en operación el sistema de pensiones. El entonces ministro del Trabajo, José Piñera, persuadió a los miembros de la Junta Militar de dar luz verde a un inédito sistema previsional privado, que rompería con el antiguo modelo de reparto y que daría un vuelco en 180º a lo que conocíamos.
Fue así que a través de una intensa campaña publicitaria en donde participaron reconocidos rostros televisivos y donde se le explicó con detenimiento al personaje de “Humbertito”, (interpretado por el actor Cristian García Huidobro) los “enormes” beneficios que obtendrían todos los chilenos al cambiarse a ese nuevo y revolucionario sistema. Ingenuos (tal como Humbertito) miles de personas corrieron a cambiar sus fondos.
Volviendo al presente, Chile ha tenido fuertes cambio demográficos, antes había muchos activos que financiaban a los pasivos, hoy la realidad es diferente debido a la baja tasa de natalidad y el aumento en la esperanza de vida.
La pirámide cambió, dando un golpe mortal a la jubilación, por lo mismo y de manera urgente el sistema de AFP tiene que reformularse de acuerdo a este nuevo escenario. Por ejemplo en 1960 por cada jubilado había nueve activos, pero en el Censo del 2012 por cada jubilado hay sólo cinco activos y proyectándonos hacia el 2050, por cada jubilado habrá solo dos activos.
Hace unas semanas el consejero del Banco Central Joaquín Vial Ruiz Tagle declaró que un 70% de los trabajadores recibiría menos de $150 mil pesos al momento de jubilar. Un escenario aterrador.
Las propuestas presentadas para solucionar esta situación son jubilar más tarde y aumentar la cotización (costo que asumirían las empresas).
No olvidemos que el 80% de las empresas son Pymes, al buscar soluciones esperemos incluyan a todos los actores y se llame a Conapyme a participar de la discusión, roguemos que no sea a puertas cerradas como fue hace 30 años.
Hablando de pequeñas, medianas empresas y pensiones, la ministra del Trabajo anunció una serie de cambios para perfeccionar la fiscalización a la elusión y evasión previsional, llamándola la Ley del “Garrote” que elevaría las penas. Cuidado con sus palabras, pues donde hay más gente trabajando a honorarios es en el mismo Estado.
Irónico, pues nuestros propios gobernantes deberían dar el ejemplo administrando adecuadamente sus propias instituciones, antes de exigir y castigar al resto.
Trabajemos en conjunto y hagamos este sistema más humano, luchemos por lograr pensiones dignas para miles y miles de chilenos que hoy en día se endeudan en este procedimiento privado para poder sobrevivir en condiciones precarias.