Continúa la discusión por fijar un monto digno aceptado por empleados y empleadores, sin embargo hasta ahora las negociaciones han sido infructíferas. Mientras la población sigue esperado parlamentarios se acusan, entre ellos, de inflexibles y populistas.
No se puede decir que el gobierno no ha hecho el esfuerzo de negociar y tratar de alinear al oficialismo en una sola propuesta de salario mínimo: los $193 mil que ha defendido el propio Presidente. ¿Ha estado ese esfuerzo bien dirigido?
A pesar de que Hacienda ha planteado una fórmula que contempla también un reajuste para 2013, de modo que pudiera elevarse sobre $200 mil el próximo año, algunos parlamentarios de la propia Alianza aún se oponen al proyecto.
El esquema de los reajustes futuros comprometidos, aunque sea a nivel político debería generar mucho apoyo de la población y representar un costo para el siguiente gobierno, sea de la tienda que sea, por lo tanto parece un camino viable y deseable.
Tanta ha sido la descoordinación que el Presidente Sebastián Piñera y el timonel de RN Carlos Larraín, debieron llamar personalmente a algunos diputados y negociar directamente con ellos. En otras palabras, el apego a la línea partidista es laxo, reflejo de la dilución de la propuesta de valor de los partidos a sus miembros, comentada en otros artículos.
Pero aunque el objetivo del Ejecutivo de mantener a sus filas alineadas finalmente se cumplió, el apoyo de las bancadas de RN y la UDI no fue suficiente y el proyecto ha sido rechazado
Con este resultado el gobierno apuesta, y pondrá todos sus esfuerzos en negociar e insistir con su oferta en el Senado, donde -más allá de los reparos a la cifra- la oposición ve con buenos ojos establecer una fórmula para fijar reajustes plurianuales del salario mínimo. El efecto de estos reajustes, en empleo principalmente, no se debería reflejar en este gobierno.
Detengámonos un minuto en este tema, se habla mucho de la incidencia del salario mínimo en el empleo. Derechamente, es una verdad “absoluta”, y así lo demuestra la ciencia económica, que el aumento del salario mínimo genera mayor desempleo, en ausencia de otros cambios, como mayor flexibilidad laboral.
Cambio de táctica, ¿qué pasaría si el ministro de Hacienda o el de Economía en cadena nacional, repasaran brevemente lo racional que existe detrás de este argumento ¿No sería eso mejor que escuchar a diputados de todos los ángulos “opinar” sobre lo que ellos “creen” que sucedería. ¿El supuesto es que la población es incapaz de entender lo racional?
Por supuesto que hay demostraciones más obvias, como por ejemplo que la ley de gravedad atrae los cuerpos hacia el centro de la tierra, lo obvio es porque esta ley se verifica todos los días en nuestra experiencia. La relación entre desempleo y salario mínimo no es tan intuitiva, sin embargo no es materia de opinión, mayor salario mínimo genera más desempleo, punto.
Acá es donde hay que detenerse a pensar, invierto mi tiempo en “alinear” y negociar con una decena de diputados o en compartir conocimiento con la población. Es mejor una población ignorante, pero seguidora de las ideas de un partido o una autovalente capaz de tomar decisiones por sí misma.
A juicio de La Moneda, y pese al traspié en la Cámara, tener al oficialismo alineado resulta clave para enfrentar la negociación que se dará en el Senado.
Su estrategia, será responsabilizar a la oposición de un eventual rechazo al reajuste.Insistimos, tanto al oficialismo como a la oposición se les olvida un actor, la población.