Chile es un país de perdonazos. Los más comentados han sido los del fútbol. Todos ellos son motivo de controversia y, como es natural, las opiniones se dividen entre las mayores o menores simpatías hacia los involucrados.
Sin embargo, creo que hay un perdonazo que no tiene ninguna gracia y que afecta directamente el interés de chilenas y chilenos, es el que beneficia a la cadena Johnson´s que, inmediatamente después, pasó a control del conglomerado Cencosud.
Una vez realizada la compra del 85%, vio incrementado su capital en cien millones de dólares, producto del perdonazo. Muchos técnicos e incluso las autoridades del mismo Servicio de Impuestos Internos han asegurado que la condonación se hace sobre las multas e intereses, sin afectar el capital adeudado. No obstante, omiten que los intereses sí constituyen parte del capital.
Ciento veinte millones de dólares que se escurren, desde las arcas fiscales a los activos de un consorcio que, una vez más, “golpea” al mercado, con una operación de resonantes ganancias. El mundo ideal de las utilidades exacerbadas. El lucro en su máximo esplendor.
Qué libre mercado ni que ocho cuartos. La especulación galopante. El abuso que genera la existencia de un permanente e inaceptable conflicto de interés en los actos o decisiones del actual gobierno.
En este caso, el SII está dirigido por personeros que ayer eran los que debían ser regulados por esa institución. Desde la empresa Price Waterhouse Coopers pasaron al Servicio de Impuestos Internos, ejemplo de ello es el actual Subdirector, quien antes se desempeñara como Jefe de Asesoría Tributaria de la empresa señalada. Por una decisión política del gobierno se invirtieron los papeles, el regulado pasó a ser regulador.
Lo malo es que en este asunto no se asiste a una obra de teatro en que se valora con un aplauso la maestría de los actores; en este caso, el que es perjudicado directamente es el Estado de Chile. Pero no sólo pierde el monto del “perdonazo”, lo que pierde es incuantificable por cuanto se premia el no pago, la trampa, la evasión o elusión, las malas prácticas, la codicia y la burla al interés nacional.
Lo anterior se justifica con la excusa de salvar la empresa, novedosa nueva función del SII.
Ya no recauda, “salva” a los que no pagan sus obligaciones con el Fisco. Un nuevo “viejo pascuero” de intereses especulativos.
Mientras tanto, mucha gente se irrita, porque la revientan con la usura y la insensibilidad.La explicación del Director del Servicio de Impuestos Internos en la Sesión Especial del Senado, no abordó estos aspectos esenciales, de la confianza y la fe pública en las instituciones republicanas. Con tales hechos no se puede recuperar la credibilidad de los ciudadanos hacia el sistema político.