En una columna anterior “celebramos el llamado del Ministro Longueira a apurarnos en explotar el litio para no perder ventajas comparativas frente a otros mercados” además “que se descartara el paradigma de que el Estado es ineficiente” :el propio ministro ha señalado que “no le importa” quien lo explote, “Estado o privados”.
Dijimos también, “la explotación del mineral debe hacerse con apego al cuidado del medio ambiente, la biodiversidad y los derechos de las personas a disponer de agua para consumo y para producción agropecuaria”.
Hoy día y ante la probabilidad cierta de que se materialice el proceso de privatización, bajo el argumento de que Codelco no tiene recursos (como si los privados que pudieran licitar tuvieran dinero fresco y no financiaran sus proyectos con la banca internacional o local), debemos tomar conciencia real sobre lo que estamos hablando.
Seamos claros, la explotación del litio, no pasa de ser un negocio de unos cientos de millones de dólares (de todas formas bajo los mil millones), la verdadera importancia del litio tiene relación con su uso como insumo fundamental para la producción de acumuladores de energía, elementos imprescindibles para almacenar, por ejemplo, la energía solar. Este uso, en momento en que el aumento del desarrollo de las llamadas energías renovables (solar, eólica, mareomotriz) cobra naturalmente, particular importancia.
¿Cuál es entonces el enfoque que debemos dar a la explotación del litio?
Si disponemos de cerca del 50% de las reservas mundiales del mineral, seremos sin lugar a dudas proveedores privilegiados de este insumo para la industria de acumuladores y nos preguntamos, ¿haremos con el litio lo mismo que hemos hecho con el cobre?, ¿produciremos solo piedras o desarrollaremos productos de valor agregado?
Sin lugar a dudas es una oportunidad privilegiada para generar un proyecto de país para disponer como nación del litio, extraerlo y agregarle valor convirtiéndonos en líder en la producción de acumuladores.
Este proyecto requiere de una autoridad gubernamental libre de prejuicios, dispuesta a asumir el desafío que esto significa, con voluntad de congregar a la industria minera nacional (Codelco), a las pymes, a las universidades y a todos los que quieran colaborar al respecto. Bien haría conversar con el grupo especial que trabaja hacer un par de años este tema en la facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile que dirige el destacado ingeniero Jaime Ale.
El desarrollo de la investigación científica pertinente, la ejecución de las aplicaciones técnicas, la generación de competencias de gestión en las pymes seleccionadas, la implementación de los encadenamientos productivos necesarios son algunas de las tareas que deberíamos enfrentar si en esta ocasión, asumimos este desafío con visión de país y no solo con la consabida fórmula “dejemos al mercado que lo resuelva solo”.