En las últimas semanas se ha polemizado sobre el cierre del Aeropuerto Los Cerrillos, situación preocupante por diversas razones.
La topografía del valle de Santiago, solo ha permitido la construcción de tres pistas para la operación de grandes aviones, son las dos de AMB y la correspondiente a Cerrillos.
Su estructura, corresponde al diseño de la década del 50, cuando era el único aeropuerto de Santiago. Su falta de adecuación a las necesidades actuales, es el resultado inevitable de una falta de mantenimiento de más de 30 años.
Con respecto a las afirmaciones que se han realizado respecto de que el aeropuerto AMB se saturará el año 2025, salvo adelantos tecnológicos que aparecieran, discrepo públicamente, ya que de no existir Cerrillos, el Aeropuerto Arturo Merino Benítez, se saturaría antes del 2020.
La polémica generada por el cierre del Aeropuerto Los Cerrillos, se debe a la desinformación que incluye errores demostrables. Es inconveniente e inaceptable en asuntos públicos, el cambio de destino de una obra pública de la máxima importancia.
Asimismo, una decisión de esta naturaleza, evidencia la falta de una Política de Transporte, coherente y a la altura de las necesidades de una nación exportadora, para lo cual se hace necesario disminuir el impacto de una localización geográfica desfavorable, que implica para el sector aéreo, disponer de infraestructura aeroportuaria adecuada.
Su reemplazo debería ser localizado al norte de los Vilos o al sur de Rapel, con el consiguiente aumento de los costos logísticos del sistema aéreo.
Peldehue y Colina no son solución. El cierre del aeródromo Los Cerrillos constituye una decisión grave e irreversible, lo que traerá severas consecuencias para el país en el mediano plazo.