No cabe duda que actualmente el escenario inmobiliario ha cambiado. Distintas razones han generado situaciones que antes era difícil de creer.
Un botón de muestra: lo que antes era una villa residencial en Las Condes, compuesta por blocks y una cancha de tierra, ahora es un corredor empresarial consolidado.
En ese sentido, y específicamente el barrio Nueva Las Condes es un ejemplo de transformación urbana, donde casas y departamentos habitacionales han dan paso a grandes edificios de cristal y centros empresariales en crecimiento.
Esta transformación ha implicado diferentes cambios en el sector, sobre todo, y de manera drástica, en lo relacionado con el precio del suelo.
Esto por cuanto, la cercanía con importantes torres corporativas, la llegada del metro, las dinámicas de crecimiento de la ciudad y la ubicación, produjo que se fortaleciera el desarrollo inmobiliario del sector, elevando rápidamente el precio del terreno.
Claramente Nueva Las Condes y sus alrededores se ha consolidado como uno de los grandes centros de oficinas de Santiago. El sector ha aumentado progresivamente el precio de su suelo con cifras (y transacciones) realmente históricas, fluctuando entre 60 y 100 UF el metro cuadrado, lo que hace algunos años no superaba las 25 UF el metro cuadrado.
En los últimos 24 meses, los precios de estos terrenos, al igual que el de las casas, departamentos y oficinas del mercado inmobiliario, han crecido de manera violenta.
Sin embargo, considero que es un ajuste de precios que debió haberse dado de manera mucho más gradual en el tiempo, como es normal en otros mercados.
Los valores de inmuebles estuvieron estancados largos años y se produjo el ajuste de forma bastante agresiva.
Ahora, es muy probable que esta realidad siga sucediendo, mientras no se realicen modificaciones significativas a los planes reguladores, que permitan crear nuevas zonas con mayor altura o nuevos terrenos de expansión.