La semana pasada nos enteramos por este mismo medio de comunicación que el Banco Central, junto con el Ministerio de Hacienda, se encuentran monitoreando la liquidez de los bancos, reaccionando “rápidamente” de acuerdo a las consideraciones del subsecretario de Economía, Tomás Flores.
El personero de gobierno, efectivamente reconoció que se ha notado la falta de liquidez en los últimos días, acusando las primeras consecuencias concretas de la crisis del euro en nuestro país. Con este escenario, lo más probable es que en enero el Banco Central baje la tasa de interés para facilitar los créditos.
Hay que considerar que esta falta de liquidez puede deberse a factores como fin de año- las empresas retiran sus depósitos a plazo, para pagar deudas y/o aguinaldos y realizar balances, mientras las personas retiran sus ahorros en esta época para gastarlos en las fiestas o planificar sus vacaciones – además del rescate de los fondos mutuos.
Sin embargo, es un hecho que la situación de riesgo a nivel internacional ya ha comenzando a afectar a algunos bancos transnacionales.
Los acontecimientos actuales hacen que uno relacione inmediatamente con lo sucedido en 1998, cuando en el periodo en que Carlos Massad era el timonel del Central y Eduardo Aninat el ministro de Hacienda, se vivió una crisis de liquidez que dejó a muchos en la quiebra.
La tasa de interés al 14% mensual reventó el sistema y muchos pequeños sufrieron las consecuencias. Siempre el hilo se corta por lo más delgado… En este caso se formó un espiral de errores que repercutió en los trabajadores y empresarios más pequeños.
Varias Pymes se hicieron menos competitivas y tuvieron que cerrar por no tener espalda financiera suficiente, generando mayor cesantía.
Esta pésima experiencia no puede volver a repetirse, es necesario que el Ministerio de Hacienda aplique las lecciones aprendidas de aquella crisis y trabaje de forma preventiva y más en conjunto con el Banco Central.
El emisor pudo haberse anticipado a este hecho, bajando la tasa de interés para diciembre, porque ya sabían lo que estaba por suceder, por lo demás, la recaudación de 12.000 millones de dólares con el plan de compra de divisas mediante subastas diarias, que se inició en enero, hace que las reservas sirvan para proveer de liquidez al mercado.
Sin embargo, al bajar la tasa de interés, lo más probable es que las personas pidan más créditos y esto intensificará la crisis de liquidez, por lo que el Central está en una verdadera encrucijada.
Al menos en esta ocasión no se ha reaccionado tan tardíamente como se hizo en el 98.
El mismo Rodrigo Vergara, nuevo presidente del instituto emisor, ya anunciaba la semana pasada que trabajaría más en conjunto con Teatinos 120 y esto nos deja más tranquilos, pero sin dejar el estado de alerta, porque ¡¡cuando el río suena es porque piedras trae!!