Hoy se anuncia una nueva y abultadísima alza en las tarifas de las autopistas urbanas. Nueva alza que los usuarios debemos aceptar sin posibilidad de apelación o reclamo alguno, porque no somos parte del sistema.
Nueva alza que, además, cuesta muchísimo justificar ante los usuarios, porque no obedece a mayores costos o nuevas inversiones.
Veamos. La tarifa puede establecerse en base a cinco elementos, y subirse en base a otros dos. Se establece a partir de una tarifa base, el tipo de vehículo utilizado, el sentido de circulación, el día de circulación y la hora en que se transitó. Se suben las tarifas base, año a año en el monto de la inflación (completa), más un 3,5%.
Cada uno de los primeros cinco elementos va dando cuenta de condiciones de tránsito y características del servicio entregado, los que pueden justificar su lógica. Las alzas por su parte se pueden justificar por la inflación, que da cuenta del aumento de los costos de mantención y otros gastos asociados.
¿Pero qué justifica un alza permanente anual de 3,5% por sobre la inflación? No hay mayores costos, no hay nuevas inversiones, no hay mejorías al servicio, no existen nuevas prestaciones, nada justifica este incremento real del 3,5%. ¿Le suenan las alzas unilaterales?
Este 3,5%, al acumularse año a año, provoca un aumento exponencial de las tarifas, que solo puede empeorar. Esto explica por qué, por ejemplo, la autopista central, una obra que en lo que se refiere a la antigua norte sur, sólo vino a mejorar una autopista ya existente, desde el año 2006 a la fecha haya acumulado un alza en sus tarifas de un 40%, cifra a la que habrá que sumarle este nuevo incremento.
Pero no es lo único. A esto se suman tarifas de hora punta en fines de semana y días feriados, e incluso en horarios absurdos.
¿Sabe usted que en un feriado, salir del centro de Santiago a San Bernardo, se cobra horario punta entre las 11 de la mañana y las 3 de la tarde? Eso no se llama horario punta, se llama abuso.
Todo se justifica porque “está en los contratos”. Este sistema fue pensado entre dos partes, el ministerio de Obras Públicas y los concesionarios. Los usuarios no existen en el sistema, firman contratos de adhesión sobre una negociación en la que no tuvieron injerencia alguna.
Al menos ya se acabó el abuso de las multas de 40 veces lo adeudado. Ahora hay que seguir con las alzas de tarifas y mayor participación
A nuestro juicio es indispensable la creación de un Comité de Usuarios del Sistema, donde estén sentados los concesionarios y el MOP con los usuarios.
Se requiere un espacio donde los usuarios, la ciudadanía, plantee sus observaciones al sistema, como las alzas de tarifas, los cobros de horarios punta, la calidad del servicio, la congestión por reparaciones en horarios indebidos, el trazado de las carreteras, las llamadas de cobranza, los mensajes en los carteles electrónicos sobre los delitos que se pueden cometer al usar las autopistas, etc. etc., todas y cada una de las dificultades del sistema de forma permanente.
Es indispensable que se escuche a la gente para mejorar y corregir el sistema. Esta versión impuesta y unilateral ya no da para más.
El sistema de autopistas urbanas se inició el 2001, hace 10 años, en un Chile y en un Santiago muy distinto.
Es la hora de una revisión completa, y adecuar el sistema a las expectativas de la ciudadanía de hoy. No se puede esperar que se cumplan los 30 años de las concesiones para recién revisarlas.