La Geotermia, que es energía en forma de calor natural que proviene del centro de nuestro planeta, es una de las fuentes renovables no convencionales (ERNC) que podemos utilizar, en nuestro país, para generar electricidad.
El principio es muy simple: se obtiene a partir de la utilización de la energía calórica que fluidos geotérmicos, mezcla de agua y vapor de alta entalpía, provenientes de reservorios geotérmicos alojados en profundidad transportan hacia la superficie.
Estos fluidos geotérmicos – calientes – que se extraen del subsuelo, son utilizados para hacer funcionar turbinas que generan electricidad. Una vez que estos fluidos han cedido su energía calórica – en el proceso termodinámico de generación eléctrica – se enfrían y entonces se vuelven a reinyectar al reservorio geotérmico.
Esto hace que la Geotermia sea considerada una energía renovable y no contaminante, pues al regresar los fluidos al reservorio estos no intoxican el medio ambiente, preservan el reservorio y, con la acción del intrusivo magmático que calienta el reservorio geotérmico, estos se vuelven a recargar con energía calórica. Así el ciclo descrito se puede repetir indefinidamente.
Además, resulta ser de muy bajo costo variable de operación, pues el combustible es prácticamente gratuito, su disponibilidad no depende de factores climáticos y el mantenimiento es económico.
Entonces tenemos una energía verde, con alto factor de planta y de muy bajo costo marginal de operación.
Miel sobre hojuelas.
Por eso “Yo quiero Geotermia”.
Pero la cosa no es tan simple. La clave es encontrar estos reservorios geotérmicos, cuya presencia sólo se da en zonas con ciertas circunstancias geológicas e hídricas.
En Chile, somos muy afortunados en este sentido, pues tenemos un inmenso potencial de estos reservorios geotérmicos dado que están relacionados, en primer lugar, a la existencia de volcanes. Sin embargo, si la presencia de volcanismo en una condición deseable, no es suficiente ya que se debe dar además con una serie de otras condiciones.
Aquí entramos, entonces, de lleno en el gran problema de la geotermia… las complicaciones que conlleva la etapa exploratoria. Esta es la mayor dificultad que enfrenta a la geotermia.
Para desarrollar un proyecto geotérmico se debe explorar grandes extensiones de terreno, cubriéndolas superficialmente con técnicas geológicas, geoquímicas y geofísicas en primer lugar, para luego a continuación avanzar a exploraciones profundas en aquellas zonas en que se haya verificado una mayor probabilidad de existencia de reservorios geotérmicos.
Este proceso, que es complejo científica e ingenierilmente, exigente del punto de vista logístico, demandante de tiempo y de alto costo, es de mucha incertidumbre pues en cualquier etapa el proyecto se puede caer.
Esta barrera ha favorecido a que la geotermia, en el mundo en general y en Chile en particular, sea una especie de musa esquiva que se descubre sólo a los inteligentes.
Aquí cobran valor las visiones de futuro.Aquí cobran valor las voluntades independientes. Aquí cobran valor las decisiones políticas.
Existen numerosos ejemplos de países que han adoptado, y otros lo están haciendo, a la geotermia como una de sus fuentes significativas de energía eléctrica y térmica.
Países que, años ya, iniciaron sendos programas para desarrollarla, pues visualizaron las bondades que traería. Conscientes de los obstáculos que impone la fase de exploración, pero, a la vez, contrastando estos con los enormes beneficios que se obtienen de resultar ésta exitosa, no dudaron en buscar e implementar mecanismos legislativos, económicos, financieros, regulatorios, etc. que incentivaran decididamente el desarrollo geotérmico en sus países. Tal es el caso de Estados Unidos, Filipinas, Italia, Islandia, México, Nueva Zelanda entre otros.
Ellos fueron pioneros y son los más experimentados en esto, nuestra obligación es nutrirnos de sus conocimientos y aprender de ellos. Aprender de los primeros y de los mejores, así llegaremos a ser un país desarrollado.
Ahora es nuestro turno, si bien es cierto no podemos ser los primeros, sí podemos llegar a ser los mejores.
¿Yo? … ¡Quiero geotermia!