17 oct 2011

Moderado optimismo

Este mes, en mi condición de presidente de la Sociedad Nacional de Minería –SONAMI- participé en los cinco días que duró el encuentro anual del London Metal Exchange (LME), uno de los puntos de referencia más importantes de la industria de metales, como el aluminio y el cobre

En la ocasión, también concurrimos a las reuniones del International Council on Mining and Metals (ICMM), donde se analizaron y debatieron los distintos temas que se relacionan con el quehacer minero a nivel mundial.

En este relevante encuentro de las asociaciones mineras y de metales, se discutieron las principales inquietudes de la industria.

Entre éstas, destacan la seguridad y salud de los trabajadores del sector, la escasez de mano de obra calificada a nivel mundial, las demandas de las comunidades aledañas a los proyectos mineros, el uso de suelo para acceder a nuevos recursos mineros y para la construcción de diversas instalaciones, como por ejemplo puertos, tendidos eléctricos y relaves, entre otros.

Ello, además de la necesidad de dar a conocer la actividad minera a la opinión pública de todos los países.

Pero, sin duda, el comportamiento de los mercados concentró la atención de los asistentes.

Al respecto, pude percibir un ambiente de cauta preocupación por el complicado momento que vive Europa.

Hay un moderado optimismo mundial de que este escenario se resolverá si es que se realizan los ajustes necesarios para retornar a la estabilidad y a un crecimiento económico general.

Es necesario entender que el desarrollo de la minería es a largo plazo, al igual que la estructura de la oferta y demanda de los productos que se comercializan.

En este sentido, hoy tenemos como mayor desafío ver cómo enfrentaremos una alta demanda que costará satisfacer.

Esto, ya que actualmente se requiere de una minería sustentable que no sólo se haga cargo del negocio en sí mismo, sino que también vaya de la mano del medioambiente y las comunidades.

Este nuevo requisito hace que la factibilidad de la construcción de los proyectos mineros sea cada día más compleja.

Hoy no basta con ingenieros en minas y geólogos, sino que se necesitan arqueólogos, asistentes sociales, sociólogos y diversos profesionales para poder cumplir con las normativas cada vez más exigentes, hecho que da como resultado una menor disponibilidad de este tipo de profesionales.

Por otro lado, desde una perspectiva nacional y considerando que Chile es un país con un desarrollo minero de clase mundial, es necesario mirar con especial cautela eventuales modificaciones tributarias que podría incidir en la competitividad del sector.

Sobre esa base, debemos observar con una visión de largo plazo probables cambios que tengan impacto en nuestra industria, en otros sectores productivos y, por lo tanto, en la economía del país.

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