“Cómo nos visita el pasado” es una acertada frase de J.Correa panelista del primer café a propósito de las condenas determinadas por tribunales por el asesinato de Berríos y el suicidio del general (r) Ramírez.
Al escucharla no pude dejar de pensar que efectivamente el pasado nos sigue visitando y ello tiene mucho que ver justamente con la deficiente forma con que enfrentamos esos primeros años de democracia, permitiendo que el dictador mantuviera su poder en las fuerzas armadas al punto de que el crimen de Berríos se habría tramado justamente en la DINE de esos tiempos.
Quizás si nadie contaba con la pertinacia de los familiares de las víctimas de la dictadura para buscar con infinita paciencia la verdad sobre sus padres o hijos y la justicia para investigar y encontrar a los responsables de los hechos y exigir la necesaria justicia.
El pasado nos visita y nos seguirá visitando para recordarnos que lo imposible se puede hacer posible con trabajo, esfuerzo, voluntad y paciencia, que en la medida que existan personas dispuestas a enfrentar la realidad con esa perspectiva, sus desafíos se pueden hacer realidad.
El pasado nos visita para recordarnos que sigue ahí, que no hemos realizado el esfuerzo necesario para cerrar las heridas, que los calmantes no han sido suficientes, que a pesar de los evidentes progresos en lo económico seguimos en deuda con la construcción de la justicia. Y que el tiempo no siempre cura las heridas.
El pasado dejará de visitarnos cuando hayamos conseguido la paz y la paz como tantas veces se nos ha dicho es el fruto de la verdad y la justicia sin apellidos, sin mediaciones.
En la medida que sigamos acomodando nuestras aspiraciones a pequeños éxitos, el pasado se seguirá acumulando y cada cierto tiempo como lo señaló Correa Sutil nos seguirá visitando; por suerte para nosotros hay hombres y mujeres que siguen luchando por la construcción de una sociedad de paz, justicia, verdad y democracia en la cual podamos enterrar todos nuestros fantasmas.
Yo creo que el actual momento de nuestro país tiene mucha relación con todo esto: vamos a dar pasos significativos en la construcción de una sociedad más inclusiva, justa, democrática y participativa o vamos a seguir apostando a los pequeños éxitos.
Vamos a construir entre todos una nueva Constitución o nos vamos a contentar con que ahora la 11 de setiembre se llama Nueva Providencia.
Si eso es así preparémonos para recibir cotidianamente la visita de nuestro pasado.