A mediados del año 2011, es presentada una denuncia por violación y abusos sexuales en contra de un niño de siete años y su hermano, mientras estuvieron en el centro residencial de Aldeas SOS de Padre Las Casas. Esta institución, al ser “coadyuvante” no recibía subvención del Estado, y de acuerdo a la ley no podía ser fiscalizada por Sename.
Tras la denuncia y gracias a la orden del tribunal, nuestro servicio pudo iniciar una investigación que dejó en evidencia las graves falencias que presentaba esta residencia, entre las que destacan la no existencia de un protocolo estandarizado ni de un adecuado control de visitas, el exceso de niños por casa dentro de la Aldea y, además, las múltiples contradicciones en los informes presentados y en las declaraciones de testigos de la defensa que negaban los hechos.
Sin duda, la investigación fue una tarea muy compleja, asociada a la dificultad de combatir el miedo a testificar de las víctimas, ya que además de las amenazas de los abusadores existe el estigma de que, “generalmente” en estos casos, no se les cree a los niños/as.
Inmediatamente, Sename se hizo parte en la presentación de una querella, y junto a los abogados de la familia abordamos este caso porque creímos en ellos.
Y teníamos razón: nuestra representación judicial más los testimonios configuraron elementos probatorios suficientes para acreditar la consumación del delito.
El fallo estableció condena para el “tío del furgón” –Salvador Bernardo Medel Villa, de 64 años- a siete años de presidio mayor en su grado mínimo, más inhabilitación perpetua para cargos u oficios. Además, se le impone sujeción de vigilancia por parte de Carabineros por un período de diez años siguientes al cumplimiento de la pena impuesta.
Una de las complejidades para el desarrollo de los juicios penales en casos de abuso es la presentación de testimonios de las víctimas. Durante el año 2013, de las 24 mil denuncias por abuso sexual presentadas, 18 mil correspondían a niños menores de 18 años, y de ellas sólo 2500 terminaron en sentencia condenatoria. Esto –en gran medida-debido a los problemas que conlleva la victimización secundaria que se produce al testificar durante los largos procesos judiciales.
Por ello, y previa coordinación con los médicos tratantes de las víctimas en este caso, el Comisionado de la Infancia del Servicio Nacional de Menores realizó una serie de diligencias, tanto con las víctimas como con sus familias, con el objeto de romper algunos mitos y mentiras instaladas por los abusadores para manipular a los niños y mantener el silencio, como por ejemplo, que ellos “regresarían a la Aldea”, que “nadie los escucharían o defendería”, que “le harían daño a su tía”, etc. Finalmente, los niños pudieron confiar y ver en la defensa de Sename a alguien que creyó en sus testimonios, consiguiendo de esta manera parar con los abusos.
En palabras de los familiares de las víctimas, “han sido tres años y cuatro meses de tratar de reunir las pruebas, de tratar que al niño le crean… Esto es sólo el comienzo, porque existen más niños que han sido vulnerados en sus derechos en la misma Aldea.” La frase resume con tristeza, pero a la vez con orgullo cómo por fin se hace justicia, junto a la esperanza de que esto no le vuelva a ocurrir a ningún niño, niña o adolescente en Chile.
Fue un largo trayecto, similar al que nos hemos visto enfrentados en innumerables ocasiones en este tipo de casos, debido a la lo mucho que falta por avanzar en la defensa de los derechos de niños y niñas en los procesos judiciales.
Por ahora, el presente fallo marca un precedente muy importante y nos sentimos orgullosos al haber sido parte de este gran triunfo. ¡Rompimos el pacto de silencio! Nunca más un testimonio será acallado. En Sename, uno de nuestros primeros criterios es siempre creerles a los niños. #YOTECREO