En los últimos segundos del partido, empató a 2 goles con el colista Santiago Wanderers y se ve difícil su opción por la Recopa Sudamericana, que debe definir este miércoles, ante Santos, en Brasil. Hay una baja ostensible en el potencial del equipo y en el trabajo del DT Sampaoli
Un par de meses de pronunciados altibajos ha tenido el tricampeón del fútbol nacional, tanto en el campo nacional, como internacional.En este último, perdió en Japón, a inicios de agosto la Copa Suruga Banks con el campeón de Japón, Kashima, con quien igualó a dos goles y perdió 7-6 en definición a penales. A fin de ese mes empató a cero en el estadio nacional con Santos de Brasil, ganador de la Copa Libertadores, en el partido de ida en disputa de la Recopa Sudamericana.
Esa misma semana, sufrió una amplia derrota ante Unión Española en el encuentro por el torneo de Clausura por 2-5. Lavó sus heridas, en Calama, derrotando a Cobreloa por 1-0.
Pareció que llegaba la recuperación cuando superó 2-0 a San Felipe en Santa Laura, igualando a Rangers en la punta de la tabla de posiciones.El partido con los talquinos mostró que no había logrado el nivel de la Copa Sudamericana y, por el contrario había una baja evidente en la capacidad del plantel y en el trabajo del DT Sampaoli. Ante un rival regular, que basa su juego en una defensiva de 4 y tres mediocampistas de esforzado trabajo de contención, y muy poco ataque, logró un empate a dos conseguido en los segundos de descuento del partido.
El encuentro de ayer en Valparaíso ante uno de los colistas, Santiago Wanderers, era la ocasión para saber si había recuperación. Piedras en el bus que los llevaba al estadio y que afortunadamente produjo sólo quiebres de vidrios, anunciaba que los porteños se jugarían entero.
Con un juego desordenado, exigiéndose al máximo en todas las disputas de balón, sin importarles las tarjetas amarillas (fueron sancionados con 24 faltas y apenas 4 amarillas) y despejando a donde fuera el balón detuvieron la feble ofensiva azul y su ataque sólo buscaba algún error en la zaga del campeón.
Un juego muy a la “chilena”, de época pretérita, “a la que te criaste, echándole pa”adelante. No hubo nadie que tranquilizara la pelota en la “U” y de repente jugaba casi igual a los del puerto.
El gran precio, Ubilla, que reaparecía después de un mes y más, fracasaba reiteradamente, Marino y Lorenzetti eran superados por Ormeño y compañía. Matías Rodríguez, nunca llegó al ataque con opciones y Mena no tuvo el apoyo de Lorenzetti ni de Aránguiz.
El ingreso del olvidado Castro por Ubilla, mejoró el ataque de los campeones, Gutiérrez empezó a tener proyección y crear peligro. La “U” se volcó en el campo porteño que sólo atinaba a despejar a cualquier parte, cayendo al suelo en cada encontrón y demorando largos segundos en levantarse, dejando transcurrir el tiempo al alcanzar ventaja de 2-0 con buenos goles de Castillo y Silva, aprovechando desaciertos de Osvaldo González.
Los esfuerzos de Francisco Castro rindieron frutos y un excelente centro de éste, permitió conectarlo de cabeza a Gutiérrez y cuando ya quedan sólo segundos de descuento un centro al área de Marino, permitió la entrada de Castro y Gutiérrez y el primero anotó de cabeza la ansiada y merecida igualdad.
Las conclusiones no son optimistas tanto en el torneo local y en el internacional. El miércoles enfrentará a Santos en su casa, quien afortunadamente no contará con Ganso el excelente acompañante de Neymar, pero la “U ha mostrado en la etapa previa vacíos defensivos notorios, especialmente cuando se le juega en profundidad a espalda de la zaga.
Pero fundamentalmente, Sampaoli no ha logrado conseguir ni convencer a los atacantes que deben colaborar en este aspecto, molestando u obstruyendo a los defensores rivales cuando se les quita el balón. Esta fue el arma, la base del éxito de la Copa Sudamericana y del tricampeonato.
La “U” quitaba el balón en la zona defensiva adversaria y estaba en permanente ataque. Ubilla no tiene fuerzas ni ganas para esa labor, Gutiérrez se esfuerza a ratos, Marino, Lorenzetti, Matías, González, Mena y Rojas sienten el esfuerzo de una larga campaña y Aranguiz queda muy sólo en mediocampo.
El argentino Civelli tampoco parece dispuesto a este trabajo esforzado y los jóvenes Lichnosvsky, Leyton y Bravo no pueden jugar por estar dedicados a trabajar con la selección de Chile sub 20. Un panorama incierto y difícil de corregir a esta altura del año.