Boca Juniors le ganó 2-0 y pone difícil – no imposible- rehabilitarse para alcanzar la ansiada final en la Copa Libertadores.
La “U” ganó la Copa Sudamericana y los torneos nacionales cuando su defensa presionante, doblando a quien tenía el balón, ahogaba al rival, anticipaba y salía desde allí al ataque buscando las puntas para hacer centros o penetrar, faena en que descollaban Eduardo Vargas y Matías Rodríguez por derecha, Castro y Mena por la izquierda y Aránguiz por el centro, jugando de primera.
El estado físico era insuperable, la defensa otorgaba plena seguridad y los atacantes sacaban ventaja con su velocidad. El recuerdo clásico de esas hazañas apunta a la goleada 4-0 propinada en Río de Janeiro a Flamengo con Ronaldinho y todo.
La larga campaña disputando torneos, siempre en el primer plano, le empezó a pasar la cuenta y ya en el medio local sufrió empates angustiosos con débiles rivales. En el campo internacional ya se le hizo más difícil.
La defensa empezó a flaquear y la merma afectó al ataque, que no contaba con su estrella Edu Vargas, sin alcanzar a ser suplida por el emergente Junior Fernandes. Pero sacando fuerzas de flaquezas, llegó a la semifinal.
Boca, el rival, en su cancha, era difícil de superar. Dos líneas de cuatro hombres, todos altos, experimentados y fuertes y sin temor a dar golpes, que les costó tres amarillas y debieron ser más.
Junior,Henríquez y Lorenzetti sufrieron las consecuencias. Román Riquelme, dirigiendo como director de orquesta y atacantes punzantes.
Se la jugó la “U” en los 10 minutos iniciales y crearon problemas Junior y Henríquez, pero esto duró hasta los 19 minutos, cuando con un empellón, sin cobrar, le quitaron el balón a Mena y un pase en profundidad de Riquelme a Mouche permitió a éste habilitar en el centro del área a Silva, quien con un rápido giro disparó de izquierda, derrotando a Herrera.
En los 10 minutos finales del lapso inicial los universitarios dominaron, pero sin poder penetrar por el centro, al jugar con lentitud y sin profundidad y tampoco por las puntas, porque no se ganaba en velocidad.
En el segundo tiempo Sampaoli pagó tributo a su audacia de marcar en zona a Riquelme, consagrado el mejor del partido, quién recibía tranquilamente la pelota y entregaba sin dificultad. Un pase a Erviti le permitió a éste disparar, sin custodia al entrar al área. El balón rebotó en Herrera y Sánchez puso la cifra final.
Los ingresos de Magalhaes, Ubilla y Rui Díaz, por Matías Rodríguez, Henríquez y Lorenzetti, no significaron cambios ni aportes sustantivos, aún cuando Ubilla alcanzó a vislumbrar que puede ser un aporte.
El recuerdo de 1963, cuando Boca ganó 1-0 en Buenos Aires y 3-2 en Santiago apareció otra vez.La revancha el jueves en Santiago y el triunfo constituiría una gesta.
La “U” tendrá encima el esfuerzo del clásico con Colo Colo que se juega este domingo y para ganar necesita marcar individualmente a Riquelme, hacer pressing y anticipar en defensa, además de recuperar a los magullados, pero ya hizo la gracia en parecidas situaciones con el apoyo de 45 mil hinchas que tienen hace días las entradas en su poder y confían en los milagros azules.