Un sueño posible
Por décadas la comunidad cultural de nuestro país ha pensado, conversado y debatido acerca de la necesidad de contar con una institucionalidad pública cultural del más alto nivel jerárquico, coherente, articulada y eficaz para abordar y dar respuesta a las urgencias, exigencias, complejidades, desafíos y tensiones de las dimensiones culturales de nuestra humanidad y de la vida en comunidad al extremo sur del mundo.
No ha sido fácil este camino. Hemos debido sortear legítimos o infundados miedos a la inadecuada conducción gubernamental que, en algunos sectores de la comunidad cultural y de la política chilena, suscitaba la creación de un Ministerio.
También, hemos debido convivir, comprender y superar los apegos a las identidades institucionales y las frecuentes descalificaciones entre personas que laboran en entidades públicas de distintos campos de las artes, las culturas y el patrimonio. Por cierto, hemos tenido que aprender a dialogar con sincero interés de escucharnos, sabiendo que tenemos que realizar mutuas concesiones para construir respuestas conjuntas.
Hemos vivido significativas experiencias de participación en diversos campos de la gestión pública cultural. Expresión de ello fueron los Cabildos Culturales, convocados por Claudio Di Girólamo, programa nacional que tuve el honor de coordinar.También lo son los consejos consultivos nacionales y regionales, el Directorio Nacional y los consejos regionales del CNCA.
Relevantes, igualmente, la participación ciudadana en el Consejo de Monumentos Nacionales y en los consejos sectoriales de la Música, Audiovisual, Fomento Lector y Libro. Estas instancias y experiencias de participación nos han marcado a fuego. Sabemos que allí existe un rasgo esencial para una cultura democrática y una accionar del Estado eficaz y eficiente.
En días recientes, luego de un intenso y extenso trabajo de muchos(as), la Presidenta de la República firmó el Mensaje con la Indicación Sustitutiva al Proyecto de Ley para crear el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio. Esta denominación busca expresar el reconocimiento del Estado a nuestra diversidad cultural, incluido el reconocimiento a las culturas de los pueblos originarios, conforme a la reflexión y propuestas de la Consulta Indígena realizada por el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, entre los meses de Septiembre de 2014, a Mayo de 2015, en la cual participaron representantes de 2.051 organizaciones indígenas en los 16 encuentros regionales, y 212 representantes en el Encuentro Nacional.
Los principios que se proponen establecer para la aplicación de esta Ley y las tareas del Ministerio, el objeto de esta Secretaría de Estado, sus funciones, las tareas precisas de la Subsecretaría de las Artes, la existencia de una Subsecretaría especializada para el Patrimonio Cultural, las definición, integración y funciones de las instancias de participación ciudadana ( Consejo Nacional de las Culturas, las Artes y el Patrimonio), sus expresiones regionales ( Consejos Regionales de las Culturas, las Artes y el Patrimonio);la creación del Consejo Asesor de Pueblos Originarios; la creación de los sistemas de Museos, Bibliotecas y Archivos, el carácter de instituciones patrimoniales nacionales de la Biblioteca Nacional, el Archivo Nacional, y los tres museos nacionales, la creación de la Secretaría Técnica del Consejo de Monumentos Nacionales, el Fondo del Patrimonio Cultural , y un conjunto de otras materias, son el resultado del diálogo y trabajo, entre otros actores, de las asociaciones de funcionarios de la DIBAM, CNCA y el CMN.
Siempre es posible pensar y debatir acerca de cuáles son los mejores modelos institucionales para abordar los amplios y diversos ámbitos de la vida cultural de las personas y sus comunidades locales, regionales y nacionales.
Sin embargo, estoy profundamente convencida que el no estar de acuerdo con todos los contenidos de la Indicación Sustitutiva que se ha firmado, no autoriza a nadie para impedir que Chile cuente, por fin, con una Secretaría de Estado dedicada a las culturas, las artes y el patrimonio cultural. Menos aún si la indicación contempla aspectos centrales de lo trabajado por años. Y además si la indicación respeta los derechos y garantías laborales de quienes laboran en los servicios públicos involucrados.
Debemos recordar y recordarnos que el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio se crea para servir a Chile, a sus habitantes y comunidades, a sus culturas.
Es por ello que se proponen en la Ley un conjunto de principios. El respeto a la diversidad cultural, la democracia cultural y participación ciudadana, el reconocimiento a las identidades territoriales, el reconocimiento cultural de los pueblos originarios, el patrimonio cultural como bien público, el respeto a la libertad y derechos de creación y la valoración social de creadores y cultores, son principios que se constituyen en esenciales para una gobernanza democrática en la gestión pública cultural.