Al trazar los desafíos que para este 2015 tendrán los distintos sectores del quehacer público, la cultura no debe quedar atrás. En ese marco, ya comienza a hablarse de la implementación de las nuevas declaratorias de Patrimonio de la Humanidad que logró Chile el 2014, de la definición de una política del libro y la lectura, del avance de proyectos emblemáticos de infraestructura y de la reactivación de la discusión sobre la creación del ministerio de Cultura, como parte de los temas que deberán estar en la agenda este nuevo año.
Otro aspecto que también debiera cobrar relevancia, es el proyecto de ley que presentamos para crear en el Senado, de manera permanente, una Comisión de Cultura, Comunicaciones y Deporte, lo cual permitiría otorgar a la cultura la relevancia que requiere la tramitación de sus proyectos de ley y que en los últimos años se ha visto algo postergada.
Sin embargo, no debe olvidarse dentro de los desafíos que se avizoran, uno que es primordial y que debe estar en el centro de cualquier desafío individual que se proponga.Nos referimos al desarrollo cultural en regiones, desafío prioritario que, desde hace tiempo, hemos venido solicitando, con el fin de que los habitantes de regiones puedan acceder a las mismas oportunidades que existen en la Región Metropolitana.
Durante la pasada discusión presupuestaria para cultura, valoramos que para este 2015 se haya logrado un significativo aumento del presupuesto. Aun así, hicimos presente la importancia de profundizar y estandarizar los criterios para la regionalización de los recursos de los distintos fondos concursables y programas.
Asimismo, denunciamos con preocupación que, de la totalidad de transferencia directas que se realizan a instituciones o iniciativas gestionadas por privados, solo el Parque Cultural de Valparaíso sea la única transferencia netamente regional que contempla el presupuesto 2015 (CNCA y DIBAM), situación que por sí sola refleja la necesidad de descentralizar la cultura.
En el caso de la infraestructura cultural, los proyectos que destacan para el 2015, si bien son necesarios y emblemáticos, también muestran un acento centralista, donde resaltan en la Región Metropolitana el Palacio Pereira (presupuesto de $15.184 millones) y la sala del Centro Gabriela Mistral GAM (presupuesto de $33.600 millones) y en regiones el Teatro Regional del Biobío ($17.000 millones).
Ante esa realidad, regiones como Los Ríos han debido gestionar nuevas alternativas de financiamiento cultural, tal como es el caso del futuro convenio entre el Gobierno Regional y el Consejo Nacional de la Cultura y de las Artes, iniciativa pionera que apunta a asegurar la realización de importantes eventos regionales y provinciales que nos prestigian a nivel nacional y que fortalecen nuestra identidad y territorio.
Desde el nivel central se comienza a avanzar en el sentido correcto, tal como ocurre con la red de Centros de Creación, parte del programa de gobierno en cultura y que en el caso de Valdivia, luego de su instalación provisoria, funcionará definitivamente en el ex Terminal Ferroviario, con una inversión que en este período de gobierno debiera bordear los $1.500 millones.
Los casos señalados, son positivos pero absolutamente insuficientes. Para romper la inequidad territorial que se expresa en el acceso a la cultura, necesitamos que se tome conciencia de que dentro de la política pública en cultura, el desafío primero y primordial para este 2015 y para los años venideros, debe ser descentralizar la cultura, solo así lograremos consagrar a la cultura como un derecho real de nuestros ciudadanos en donde quienes habitan en comunas y ciudades de regiones distintas a la Metropolitana sientan que ese derecho se tiene y ejerce al igual que todos los habitantes del país.