Se ha nombrado a un nuevo Director Ejecutivo de la Fundación de Orquestas Juveniles e Infantiles. A un par de días de asumido, el flamante Director comienza a despedir (desvincular en nuestro eufemístico vocabulario nacional) a históricos funcionarios de la FOJI.
No voy a referirme a las posibles cualidades profesionales que pudiera demostrar el señor Valdevenito en su campo de expertís (la psicología), ni a las capacidades y compromiso –o al menos a la historia- de los “desvinculados”.
Al mismo tiempo, intentaré dejar a un lado el cariño y la histórica colaboración mutua que he mantenido con la FOJI –músicos y autoridades administrativas- desde su creación. Me referiré sólo a asuntos de pertinencia y procedimiento.
A sabiendas que se esperaba que al asumir el Gobierno, la Dirección Ejecutiva sería también cambiada, y entendiendo a la vez que a la cabeza de una institución artística debiera estar un artista -o al menos una persona que si bien ostente títulos y grados de otras áreas, arrastre un pasar histórico cercano al ambiente artístico- y que por lo mismo entienda desde el vocabulario hasta las peculiaridades propia del ambiente, el nuevo/a Director/a de la FOJI sería seguramente alguien “conocido” en el ambiente.Lamentablemente no ha sido así.
Como sé que no conozco a todas las personas que desde mi personal punto de vista pudieran haber sido nombrados en el cargo de Director Ejecutivo -debo decir que del señor Valdebenito no había escuchado-, entonces intenté averiguar sobre el nuevo Director.
Me sorprendí al saber que su vínculo con la música y el arte es muy tangencial, por lo que se me vino a la cabeza la mala idea de que esto se trataba de un asunto más bien “político” y no artístico.Lamentablemente por el actuar reciente del Director nombrado, puedo advertir que desgraciadamente –al parecer- no me he equivocado en la apreciación.
Punto a parte,el procedimiento para “desvincular” gente de puestos administrativos estratégicos e históricos de la FOJI que ha desarrollado en estos días el Director Ejecutivo, es totalmente inapropiado e injustificado, o al menos poco conveniente, entendiendo que a pocos días de haber asumido, este debiera haber hecho una evaluación exhaustiva de la gestión de los encargados, así como del devenir administrativo del funcionamiento de la FOJI, como supongo –inocentemente- que se hace en cualquier repartición antes de implementar cambios, y que el sentido común me indica que no puede haberse evaluado la gestión de una institución tan grande como la FOJI en un plazo de tiempo tan reducido.
El actual escenario de desconcierto, descontento e incertidumbre de quienes trabajan en la FOJI se ha generado por dos circunstancias: por un lado, se ha instalado a un profesional al menos poco conocido en los ambientes artísticos y por debajo del liderazgo de opinión y reconocimiento en el ambiente que ostentan los Directores anteriores.
Por otra parte, la inexperiencia del nuevo Ejecutivo y su actuar prematuro y desacertado, está generando la peor opinión tanto al interior de la FOJI como en los ambientes cercanos a la música y al arte.
Se ha evidenciado que los asesores presidenciales han hecho un pésimo trabajo proponiendo nombres que han sido públicamente cuestionados, varios de los cuales ya han sido cambiados, y lamentablemente este es un caso más.
Supongo que la Presidenta estará muy desconcertada y descontenta con sus colaboradores, pues le han “pasado gato por liebre” instalando a personas poco adecuadas en altos cargos, contribuyendo al comentario nacional, cual es, “más de lo mismo”.
La FOJI es una institución que si bien cumple un rol social y contribuye grandemente al desarrollo humano de los niños y jóvenes de nuestro país, es también una institución artística, por lo cual se merece una dirección del más alto nivel.
Al mismo tiempo, la Presidenta cuenta con el apoyo de grandes y reconocidos artistas nacionales, muchos de los cuales han demostrado altas capacidades de gestión, y entre los cuales seguramente hay más de un nombre capaz –intelectual y artísticamente- de asumir la Dirección Ejecutiva de la FOJI.
Finalmente, intentaré no leer los diarios ni escuchar las noticias (si es que son noticias) acerca de los nombramientos de encargados culturales regionales y agregados culturales en las embajadas de Chile en el extranjero, pues si esta es la señal, estaremos al amparo de operadores políticos, totalmente inadecuados y muy por debajo de lo que tanto el arte y nuestro país se merecen.