El mes de septiembre suele ser el momento en que recordamos y festejamos lo nuestro, en diferentes ámbitos y de diversas maneras.
La Sociedad Chilena del Derecho de Autor (SCD) entrega este mes el premio a la “Figura Fundamental de la Música Chilena”, con el que se reconoce el trabajo de músicos en diferentes géneros, que han contribuido con su labor al desarrollo de nuestro patrimonio musical.
Desde Luis Advis a Lucho Gatica, pasando por Fernando Rosas, Palmenia Pizarro, Margot Loyola, Los Jaivas, Vicente Bianchi, Antonio Prieto, Isabel y Ángel Parra, Los Huasos Quincheros, Tito Fernández entre muchos otros han sido reconocidos con este título que a la fecha suma 26 distinciones, entre creadores, intérpretes solistas y grupos homenajeados.
Por otra parte, y como lo determina la Ley de Fomento de la Música Nacional, anualmente se entrega el Premio Presidente de la República por parte del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes a músicos del género folclórico, popular y clásico, que se han destacado durante cada año.
Sin embargo, en el país, el máximo reconocimiento que puede recibir un artista y, en este caso un músico, es el Premio Nacional de Artes, instaurado como concepto general en 1942, pero que en 1992 -gracias a una modificación a la Ley 19.169- se separó por disciplinas, entregándose el Premio a las Artes Musicales cada dos años, justo antes de iniciar el mes de septiembre.
A pesar que en sus bases no está estipulado -como requisito o condición- el premio ha tenido históricamente una tendencia hacia la música desarrollada por las instituciones académicas, obviando casi por completo a una inmensa mayoría de músicos populares, que con su trabajo han hecho un aporte sustancial al desarrollo de nuestra música.
En la lista de los últimos 11 premiados, solo Margot Loyola emerge como la representante del mundo popular: los otros diez nombres –entre ellos Carlos Botto, Cirilo Vila, Fernando García y Miguel Letelier- representan al mundo académico en tanto creadores mientras que, Elvira Savi, Carmen Luisa Letelier, Juan Pablo Izquierdo, entre otros, como intérpretes.
Más allá de los constantes cuestionamientos que ha recibido la estructura de este premio, que se basa en la opinión de un jurado compuesto por sólo cinco personas -constituido obligatoriamente por el Rector de la Universidad de Chile, el Ministro de Educación, un representante del Consejo de Rectores, un representante de la Academia de Bellas Artes y el último galardonado- todos representantes de la institucionalidad académica, vale preguntarse el motivo por el cual este premio parece no estar considerando a todas las músicas, incluyendo a la popular como categoría musical válida y digna de ser reconocida y premiada a nivel nacional.