En agosto, la Sala SCD de Bellavista cumple 20 años.Su permanencia en el tiempo y la amplia gama de estilos musicales que han pasado por su escenario, dan cuenta del vigor que ha cobrado la música chilena en la actualidad, y de la importancia que adquiere la apertura de diferentes espacios que permiten disfrutar espectáculos en vivo.
La sala SCD es un espacio reconocido para las personas y los músicos chilenos, representa uno de nuestros proyectos más importantes de difusión y es un claro reflejo de nuestro trabajo como asociación.
Por ella han pasado prácticamente todos los artistas nacionales de diversas generaciones y estilos, sumando cerca de tres mil conciertos en sus dos décadas de existencia. Este lugar que vive por y para la música, también ha permitido el desarrollo de solistas y bandas emergentes, consolidando el crecimiento de la escena local.
En el corazón del Barrio Bellavista, durante agosto de 1993, y en un momento en que los lugares para escuchar música eran bastante escasos, inauguramos esta sala. Al poco tiempo se presentó su primer ciclo musical: “La Sociedad de los Músicos Vivos”, que tuvo entre sus invitados a grupos importantes de la escena local, como Fulano, De Kiruza, Joe Vasconcellos, Los Tres, Javiera y Los Imposibles, La Pozze Latina, Congreso, Sol y Lluvia, Jorge González, La Sociedad, Los Peores de Chile, Lucybell y Cristianes, entre muchos otros.
Con los años el número de conciertos mensuales programados fue aumentando, llegando hoy a presentar una completa cartelera semanal, que permite dar espacio a la gran cantidad de músicos que hoy confirman nuestra escena.
Sin duda, la música chilena ha experimentado un crecimiento durante los últimos años, ganando espacio tanto a nivel de número de artistas, como apertura de salas, presencia en recitales masivos y radios.
Un estudio del CNCA indica que al 2009, el 92% de la población indicó escuchar música todos los días, lo cual es una pequeña muestra de la importancia que ésta tiene en nuestras vidas.
Sin embargo, debemos ir por más. Creemos vital dar nuevos pasos en el fortalecimiento de nuestra música como factor relevante en el desarrollo de la identidad cultural, buscando mecanismos de protección y resguardo ante fenómenos como la globalización que exacerban la importación cultural.
El 68% de la población –según la segunda Encuesta Nacional de participación y consumo cultural del 2011- considera que la influencia extranjera en nuestra cultura es mucho más fuerte que hace 5 años atrás. ¿Es eso lo que buscamos para nuestra cultura y –en particular- nuestra música?
En ese sentido se hace relevante avanzar en las formas de potenciar nuestra creación, nuestra industria local. Durante estas dos décadas, la música chilena ha crecido y evolucionado positivamente, generando una industria que –aunque todavía pequeña- se proyecta con gran entusiasmo.
Ya varios medios internacionales han dedicado páginas a analizar este crecimiento de la música chilena como un positivo foco cultural. En nuestro país, los espacios para la difusión han aumentado en estas dos décadas, y han confluido en proyectos como la Feria Pulsar, que cada año reúne a todos los integrantes de nuestra industria en tres días de análisis y reflexión en torno a estos temas, pero también, tres días de mucha música en vivo.
Además, lugares consagrados a cierto tipo de música se han abierto a nuevas posibilidades, como es el caso del Teatro Municipal de Santiago, que ha presentado una clara inclusión cultural al incorporar espectáculos de bandas como Los Jaivas y Electrodomésticos.
A esto se le suman los nuevos proyectos en materia de infraestructura que han surgido en los últimos años como el GAM, que aún tiene pendiente una gran sala para la música.
Y sumamos nosotros una gran noticia, que es la próxima apertura de una nueva sala SCD, que cerrará este año coronando la celebración de estas dos décadas, y que sin duda será un nuevo hito para la difusión y fortalecimiento de nuestra música local.