Hay creadores- escritores, pintores, cineastas ,músicos o dramaturgos – que sin perder de vista sus a veces enrevesados conflictos personales- se implican en hechos, situaciones o comportamientos que deben ser conocidos y nunca olvidados En sus obras, estos intelectuales plantean preguntas , dan respuestas o provocan la reacción de una sociedad anquilosada , enmudecida o indiferente por razones diversas.
EL GUERNICA, de Pablo Picasso, que se puede contemplar en el Museo Reina Sofía de Madrid, es ejemplo de una obra que expresa la rabia y el dolor del artista genial por el bombardeo a plena luz de día y sin motivos al que fue sometida esa villa vasca, en el norte de España. Una obra para que se recuerde la maldad a la que puede llegar el ser humano.
El artista malagueño fue continuador del aragonés Francisco de Goya que en sus lienzos dejó plasmados hechos que marcaron también un periodo convulso vivido en España.
En el caso de Chile, pregunto ¿cuántos habríamos sabido de la matanza de mineros con sus familias en Iquique si Luis Advis no tiene la magistral idea de poner música a una masacre negada, ocultada durante más de medio siglo?
Hace unos días se celebró en Madrid la gran fiesta del cine español en la que se entregaban los premios Goya a las producciones más destacadas.
En esa fiesta, transmitida por el primer canal de televisión del país, es costumbre saltarse el protocolo y lo políticamente correcto. A nadie sorprendió, por tanto, que durante la larga ceremonia se nombrara en tres ocasiones al juez Baltasar Garzón (perdón, ex, por la inolvidable sentencia de sus señorías). Incluso, el premio al mejor documental recayó en el que es protagonista el polémico magistrado.
Se trataba del reconocimiento de los artistas a un juez que hoy pasa a la reserva tras haber luchado contra la impunidad, contra el olvido, contra la no memoria.
Bien, mientras se celebraba la ceremonia de entrega de los Goyas del Cine, a poco metros del lugar donde se fundía glamour y mala leche, se ponía fin a la Feria Internacional de Arte Contemporáneo-ARCO 2012. Más de 130 galerías de una treintena de países torearon la crisis con la exposición de obras que, en algunos casos, multiplicarán su valor.
Chile estuvo presente y, lo más relevante, Voluspa Jarpa, una de las creadoras seleccionadas por la galería Isabel Aninat para esta feria se ha llevado a casa un premio de casi 19 mil dólares por una trabajo que precisamente tiene relación con la historia que se niega, que se censura o que se tergiversa.
“Minimal Secret”, que se exhibió en la sección Solo Projects, obtuvo por unanimidad del jurado el premio Illy Art Collection. Además de la dotación económica, Voluspa Jarpa consigue afianzar su proyección internacional ya que el galardón implica promoción y el diseño de productos para la empresa que concede la distinción.
La obra premiada entronca con otros proyectos de la artista, todos ellos referidos a la pérdida de la memoria colectiva promovida por estamentos de poder. “La biblioteca de la No historia” y “La no historia”, sus trabajos anteriores, pudieron verse en las bienales de Estambul, Mercosur y La Habana.
En “Minimal Secret” Voluspa Jarpa reproduce mediante una compleja técnica en la que se mezclan fieltro y alquitrán los archivos secretos de la CIA sobre Chile que fueron desclasificados tras la detención del dictador Augusto Pinochet por decisión del juez Baltasar Garzón. En su obra, Jarpa incluye sellos de los servicios secretos, tachas para impedir la verdad total y fragmentos legibles de una intervención que algunos prefieren no reconocer o que no se mencione.
La artista, residente en Chile desde hace 20 años y donde combina creación con docencia, se reconoce como una firme representante de la internacionalización que predomina en los creadores de su generación. Aquellos que apuestan por un arte sin fronteras.
Confiesa que su interés por este tema de la historia y su tergiversación surgió cuando recibió el encargo de un mural para la estación de ferrocarriles de Rancagua y que tenía como tema “El desastre de Rancagua”. Entonces descubrió que había diferentes versiones sobre ese hecho.
Este hallazgo llevó a la artista a preguntarse los motivos por los que en Chile los hechos conflictivos no logran un consenso histórico. Y todavía más, Voluspa Jarpa no llegaba a explicarse por qué se negaban (y se niegan) hechos evidentes. Algo que le parece violento y a la vez perverso.
La desclasificación de los archivos de la CIA fue un “regalo” que la artista no desaprovechó ya que allí encontró la vía para encarar la ambigüedad histórica.
En esos documentos, afirma, se reconocen hechos que otros niegan. Se narran situaciones, modos de ser intervenidos y maneras de aceptar esa intervención. Voluspa Jarpa reproduce, como artista, lo que dejan ver esos archivos. La interpretación que se den a esos textos corresponderá a otros .Y no ahora sino probablemente en cien o doscientos años, pronostica.
Que la artista chilena dio en la diana aquí en España con su obra no hay género de dudas…La caída en desgracia del juez Garzón, promotor de la memoria histórica de la guerra civil entre otros de sus objetivos, llevó a muchos españoles a visitar el stand donde se exhibía la obra “Minimal Secret”.
Voluspa Jarpa recuerda de modo especial a una mujer que dijo ser amiga del juez Garzón que le solicitó un ejemplar del libro referido a la obra expuesta para hacerlo llegar al magistrado. La artista no solo firmó un autógrafo en esas páginas sino que le envió un mensaje escrito cuyo contenido no ha querido revelar.
Con los tiempos que vivimos hacen falta artistas y jueces que pongan el dedo en la llaga.